martes, 14 de agosto de 2012

Vida común






La vida común corresponde mejor a la naturaleza humana

En primer lugar ninguno de nosotros puede ser suficiente para si mismo, tanto en las cosas materiales como en las corporales.  Nosotros dependemos uno del otro en todas las cosas que necesitamos. Dios, nuestro Creados, ya así había establecido, que unos necesitasen de otros para que mutuamente se ayudaran, y fuéramos entre nosotros unidos, como esta escrito: 

"Todo lo que vive ama a su semejante, y cada hombre, a su prójimo, cada cuerpo a su naturaleza se une, y el hombre se acomoda a su semejante."

La vida común facilita el cumplimiento de los mandamientos de Cristo

Cuando varias personas viven juntas, entonces para ellas es mas fácil cumplir la mayoría de los consejos de Cristo... Y a quien en cambio, vive en la completa soledad no le es fácil conocer sus defectos, porque no tiene quien los advierta; para con amor y mansedumbre correjirlos ... Entonces a menudo se cumple la palabra de la Sagrada Escritura: "Escucha, hijo mío, recibe mis palabras y los años de tu vida se multiplicaran" (Pr. 4:10). Así entonces no se puede abandonar el mas importante mandamiento que esta orientado directamente a la salvación, cuando no se da de comer al hambriento o no se da el vestido al desnudo. En esta forma de vida, además de esto, falta el ejercicio de las virtudes, porque la persona no conoce sus defectos ni su comportamiento, prácticamente, esta alejada de cualquier posibilidad de observar los mandamientos. Como podrá aquella persona demostrar su humildad, cuando no tiene la posibilidad de humillarse ante otro? A quien demostrara su misericordia, cuando ella rompió toda relación con las personas? Como podrá ejercitar la paciencia, cuando nadie le contradice a causa de los defectos?

Vida común

- signo de la unidad de la Iglesia Siendo llamados a una sola Esperanza, nosotros todos formamos un solo cuerpo, del cual Cristo es la cabeza y todos nosotros somos entre si miembros. Entonces si no estamos ligados por el amor en una comunidad en el Espíritu Santo, entonces, cada uno de nosotros elige su forma de vida, pero no la que es deseada por Dios, es decir: el servicio a todos los necesitados en común.

En cambio si cada uno atendiera sus propios intereses, su amor propio, como entonces se podría conservar una comunidad, el amor y la mutua colaboración? Como entonces podremos demostrar la obediencia a la Cabeza-Cristo, cuando entre nosotros existe la división y la desunión? Como entonces se puede alegrar con los exaltados, sentir con los que sufren, cuando cada uno está solo... y no tiene la posibilidad, como corresponde, de conocer las necesidades del prójimo?

En la vida común se aprovechan los carisma de los otros

Uno solo no puede tener todos los carisma espirituales, sino que a cada uno fue dado alguno según el don del Espíritu Santo, en la medida de la fe (Rm. 12:6). En la vida común, pues, los dones particulares son para todos: "El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro la fe, también en el mismo Espíritu, de hacer milagros; a uno, el don de la profecía, a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este el don de las lenguas; a aquel el don de interpretarlas" (1 Co. 12:8-10). Cada uno de estos dones, recibe el hombre no para si, sino para los demás.

La fuerza del Espíritu Santo esta en que cada uno comunique la cantidad para todos. En la vida común dada uno tiene la posibilidad de servirse de su don, compartiendo con los demás. Así entonces cada uno recoge el fruto de los ajenos dones, como si fueran suyos.

La vida común

- Imitación de los primeros cristianos. La vida común refleja aquella virtud de los Santos de los cuales narran los Hechos de los Apóstoles: "Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común" (Hch. 2:44).

De esto resulta pues, que entre ellos (los primeros cristianos) no existía la misma separación y nadie de ellos vivía por su propia voluntad. A todos unía una misma preocupación, y no había división de voluntad y ciertamente, hablando con lenguaje humano, en todos había mas de un impedimento para la unión.
Vida común

- cumplir las obligaciones en común. Aquellos que viven en vida común, tienen que estar unidos en el amor de Jesucristo, como muchos miembros en un solo cuerpo. El Apóstol dice: "pero todos debe hacerse con decoro y ordenadamente" (1 Co. 14:40). Pues por ese yo pienso que solamente esta forma de vida puede llamarse "mas hermosa y digna" cuando en ella se conserva aquel orden, como existe entre los miembros del cuerpo; uno cumple el servicio del ojo... el otro tiene la función de la oreja o de las manos y así sucesivamente. Para eso, es necesario recordar esto: cuando algún miembro no cumple su obligación y no sirve a otro, entonces a todos los miembros amenaza el peligro... así lo mismo cada negligencia del superior o del súbdito trae dificultades...esto es lo mismo que cuando la mano o el pie no quieren servir a las ordenes del ojo.

Vida común

- Servir a Cristo Todos los que cumplen cualquier servicio al hermano, tendrán que hacerlo con todo fervor por todos, como si lo hicieran no a las personas, sino al mismo Cristo, que con gran misericordia recibe para si todo lo que hacemos a las personas ofrecidas a El. Por esto El prometio el Reino celestial: Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: vengan benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reina que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber; estaba de paso, me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo y me visitaron; preso, y me vinieron a ver. Los justos le responderán: Señor, cuando te vimos hambriento, y te dimos de comer; desnudo, y te vestimos?. Cuando te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte? Y El les responderá: "Les aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos mas pequeños, conmigo lo hicisteis" (Mt. 25:34-40). Pues entonces reciben el premio por su celo aquellos que responsablemente cumplen sus obligaciones; y así el juicio eterno exigirá mas a los indiferentes o a aquellos que con poca diligencia y actividad han cumplido el servicio para ser dignos del nombre de hermano de Cristo, según las palabras: "Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que esta en el Cielo ese es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Mt. 12:50). Con que disponibilidad tenemos que servir a nuestro hermano? Tenemos que servirle de tal manera como si sirviéramos al mismo Dios, que dijo: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el mas pequeño de mis hermanos lo hicieron conmigo" (Mt. 25:40).

Autor: San Basilio el Grande

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