martes, 7 de agosto de 2012

El papel de las Imágenes en el Sueño






Las imágenes reelaboradas en forma de fantasía, tiene también un papel central en la actividad onírica de los sueños. En este estado de inconsciencia, en el que la voluntad está inactiva y pierde su dominio para alterar la corriente de imágenes que se van sucediendo de forma arbitraria y caprichosa, es recurrente considerar que generan en el durmiente, estados afectivos que se pueden catalogar como transitoriamente “patológicos”. Y se interpreta así, entre otras cosas, porque las imágenes visuales, auditivas, gustativas, etc., que surgen en el curso intermitente de los sueños, producto normalmente de vivencias recientes que hemos tenido en estado de vigilia, adquieren tan alto grado de influencia anímica y fisiológica que la asumimos acríticamente y las identificamos con la misma realidad, como si las distintas escenas soñadas estuvieran realmente sucediendo(6). 

Quien posiblemente más ha investigado los sueños para darles su peculiar interpretación, ha sido S. Freud. No obstante, hay que señalar que algunas de los sueños que nos describe en su popular obra “La Interpretación de los Sueños”, poseen tal plenitud y precisión de detalles, tal coherencia lógica y tal constancia regulativa, que más parecen objetos percibidos que imágenes soñadas, en todo caso, serían más bien, los sueños propios de pacientes con trastornos neuróticos, (7), y al establecer modelos universales de los sueños, olvida que las imágenes soñadas tienen una fuerte dependencia subjetiva. Por otra parte, Freud, con su intento de racionalizar científicamente todo lo que en el ser humano es trascendental e inefable, interpreta los sueños desde una óptica de la sospecha, al recelar sistemáticamente de que las imágenes soñadas son sublimaciones simbólicas y transferencias de deseos fallidos, que enmascaran simples y burdos instintos, principalmente de carácter sexual (8).

Es sugerente considerar, que las imágenes soñadas que surgen en el transcurso del sueño de forma espontánea, aparecen en ocasiones envueltas de una translúcida y fantasiosa complejidad, que parecen inspiradas por una estética desmedida y surrealista, que se traduce en la aparición de imágenes tan bellas y de tan sorprendente originalidad, que por su alto grado de valor estético merecerían ser catalogadas, según la concepción kantiana, de imágenes propias de un arte exorbitante y sublime. ¿Somos los seres humanos verdaderos e inconscientes artistas mientras soñamos…?. 



Autor: Lluis Pifarré | Fuente: arvo 

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