miércoles, 21 de agosto de 2019

¿Te dejas dominar por tus estados de ánimo?





Formar un carácter capaz de dominar la comodidad y los impulsos propios de su forma de ser para hacer la vida más amable a los demás.
Es el valor que nos ayuda a controlar los impulsos de nuestro carácter y la tendencia a la comodidad mediante la voluntad. Nos estimula a afrontar con serenidad los contratiempos y a tener paciencia y comprensión en las relaciones personales.

El autodominio debe comprenderse como una actitud que nos impulsa a cambiar positivamente nuestra personalidad. Cuando no existe esa fuerza interior, se realizan acciones poco adecuadas, generalmente como resultado de un estado de ánimo; la armonía que debe existir en toda convivencia se rompe; quedamos expuestos a caer en excesos de toda índole y entramos en un estado de comodidad que nos impide concretar propósitos.

Cada día que buscamos ejercer ese señorío sobre nosotros mismos, automáticamente nuestro carácter comienza a madurar por la serenidad y paciencia que imprime este valor, la voluntad nos libera del desánimo, controlamos nuestros gustos y vivimos mejor la sobriedad, en pocas palabras, entramos en un proceso de superación constante.

Algunas personas han opinado que la fuente para lograr el autodominio proviene de la aplicación de algunas técnicas para relajarse, y aunque efectivamente pueden ayudar, no debemos perder de vista que los valores se forman a través del ejercicio diario, con el esfuerzo por descubrir en nuestra personalidad aquellos rasgos poco favorables.

Las costumbres y hábitos determinan en mucho la falta de autodominio. Debemos comenzar por analizar cuales de ellas nos condicionan e impiden vivir este valor.

El autodominio nos ayuda a reconocer los distintos aspectos de nuestra personalidad y nuestra forma de reaccionar ante determinadas circunstancias. Debemos cambiar nuestras disposiciones en sentido positivo: “en lugar de molestarme por la lentitud de “x” empleado -cuyo ritmo de trabajo es así-, ahora no sólo evitaré el disgusto y llamada de atención, procuraré darle un buen consejo que le ayude a mejorar”.

Lo mismo aplica para los hijos, el cónyuge y hasta con algunos amigos. Este cambio no es sencillo, requiere atención y esfuerzo para anticipar nuestras reacciones, lo cual significa remar contracorriente para corregir este mal hábito.

Otras de las costumbres más arraigadas se encuentran en el terreno de los gustos y comodidades personales, en apariencia es poco significativo privarse de una golosina a media mañana, quedarse en cama más de lo debido, terminar de trabajar antes de la hora de salida, o buscar como perder el tiempo para llegar más tarde a casa y evadir alguna ocupación, pero cada una de estas cosas pequeñas constituye una excelente oportunidad para practicar el autodominio. Quien tiene la capacidad de privarse de un gusto, también tendrá la fortaleza para soportar situaciones desagradables.

Para algunas personas, la falta de este valor se manifiesta por el deseo de convertirse en el centro de atención en todo lugar, acaparar las conversaciones, presumir de sus logros, compararse continuamente con los demás… El autodominio también ayuda a ser más sencillos, hombres y mujeres de acción y no de palabras inútiles.

En familia este valor es indispensable para la sana convivencia, pues implica aprender a tolerar y pasar por alto las pequeñas fricciones cotidianas, no se tratar de desentenderse, sino de dar ejemplo de serenidad, comprensión y cariño, principalmente cuando se tiene la responsabilidad de educar a los hijos. También nos ayuda a estar pendientes de las necesidades de los demás y prestarles servicios, pues la comodidad nos hace esperar ser atendidos, mientras que el autodominio nos impulsa a ser más participativos en los quehaceres cotidianos.

En el contexto de las relaciones personales, el autodominio nos impulsa a ser discretos y maduros para evitar la murmuración, la crítica y la difamación de los demás por cualquier situación que es incompatible con nuestra forma de pensar.

La práctica del autodominio también nos induce a perfeccionar nuestros hábitos de trabajo, aprovechar más el tiempo, tener más cuidado en lo que hacemos, “dar el extra” cuando se necesite. En el campo escolar y profesional siempre es necesario el perfeccionamiento, que sólo se alcanza con esfuerzo, alejando la pereza y la mentalidad conformista.

Para iniciar y desarrollar el autodominio, considera como importante:

– Aprende a escuchar. De lo contrario, se convierte en la muestra más clara de la falta de autodominio.

– Procura no distinguirte por comer abundantemente, decir disparates, vestir de forma estrafalaria, mostrar poca educación o malos modales.

– Evita el deseo de enterarte de lo que no te incumbe, hacer comentarios imprudentes y dar consejos no solicitados, eso es ser entrometido.

– Cuida especialmente tus relaciones personales, evita suponer las palabras y actitudes que los demás tienen y que “motivan” tu enojo. Lo más importante es que tu cambies de actitud, que hasta ahora también es predecible.

– Dedica unos minutos cada día para reflexionar y elaborar una pequeña lista sobre las situaciones cotidianas que normalmente te disgustan, provocan pereza, caes en excesos y aquellas en las que evades tus responsabilidades. No te preocupes si en un principio son pocas, más adelante seguirás descubriendo otras no menos importantes.

– De la lista obtenida, selecciona dos de todas ellas (puedes elegir entre las interrupciones en el trabajo, comprar los víveres para el hogar, desvelarte con frecuencia, dedicar el tiempo necesario al estudio, por ejemplo), reflexiona sobre la actitud correcta que debes adoptar y llévalas a la práctica por una o dos semanas, después de ese período elige otras y así sucesivamente.

La persona que aprende a controlarse interiormente tiene el privilegio de vivir una alegría auténtica, pues jamás se deja llevar por los disgustos y contratiempos; además, tiene la tranquilidad del deber cumplido, pues por el control que tiene sobre la comodidad, es capaz de cumplir con sus deberes oportunamente. Consecuentemente, todo esto le ayuda a tener excelentes relaciones personales, por la cordialidad y delicadeza que mantiene en su trato.

Artículo originalmente publicado por encuentra.com

martes, 20 de agosto de 2019

«Coin Operated». El mejor corto animado los sueños intactos





 «Coin Operated» es un corto animado sinceramente hermoso. Dirigido por Nicholas Arioli, no sorprende que haya sido nominado a numerosos premios.

El año está por terminar en pocos días, y es una realidad que incluso con toda la locura y velocidad del sinfín de celebraciones de cierre de año, siempre hay un momento, aunque sea minutos antes que den las doce, para mirar atrás y ver lo que el año ha dejado y cómo es que queremos empezar el nuevo.

Las resoluciones de año nuevo abundan, pero a penas llegamos a marzo muchas de ellas quedan en intenciones. Este conmovedor corto nos ayuda a reflexionar no solo en los sueños sino en la importancia de ser constante, esforzarse por ellos, pero sobre todo escoger ese sueño por el que vale la pena dejarse la vida entera.



«Un cohete que llegue a la luna»
¿Cuáles eran los anhelos más grande que alguna vez tuviste? Las constantes frustraciones, la dificultad de la vida misma nos hacen olvidarlos. En algún momento, mirando a este niño que se convierte en adulto y finalmente en anciano, dedicar la vida entera a perseguir un anhelo sin desfallecer, me llevó a pensar en nuestra propia vida.

Como cristianos el anhelo más grande es, efectivamente, conquistar el cielo. Así como este pequeño que se esfuerza continuamente sin despegar la mirada de aquello que sabía finalmente que lo haría completamente feliz.

La vida, dura lo que un suspiro, todo pasa y el amor queda. Al final seremos medidos por el amor, como nos decía nuestro buen amigo San Juan de la Cruz. Que al terminar este año la reflexión tenga que ver con la inocencia, con el esfuerzo que le hemos puesto al amor, y con cuánto hemos anhelado el cielo.

Recordemos que todo lo bueno y todo lo difícil que hayamos atravesado, forma parte del camino que constantemente estamos transitando hasta llegar a casa.


Author:      Nory Camargo
Article title: «Coin Operated». El mejor corto animado para despedir este año con los sueños intactos
Website title: Catholic-Link
URL:         https://catholic-link.com/coin-operated-corto-animado-suenos/

lunes, 19 de agosto de 2019

¿Qué tiene que ver una lámpara rota con mi tristeza?



Solo el amor salva. Es la conclusión que podemos sacar del ingenioso video de Ikea Canada sobre el reciclaje que verán a continuación.



La analogía de la lámpara con nuestras vidas es sugerente
Creo que todos hemos experimentado, en distintos grados y formas, el dolor de la humillación o la vergüenza a causa del rechazo, la discriminación o la marginación, debido acaso a alguna falta, error o pecado cometidos, o quizás debido a alguna herida, debilidad o problema más bien recibidos, sean estos de índole física, psicológica o espiritual.

En estos casos, es casi imposible no percibir una densa nube de inseguridad que se cierne sobre nosotros, por esos tantos, y tontos, malos pensamientos que pueblan nuestra cabeza, abrumándonos y repitiéndonos a martillazos (con un dejo casi diabólico), que valemos poco o nada, que nadie nos quiere, que ya no servimos para nada, que nuestra vida no tiene sentido etc.

Nos parecemos bastante a esa pobre lámpara al costado de la basura: nos sentimos rotos por dentro, abandonados y andamos con la cabeza gacha sin esperanzas en medio del camino; sin embargo, para una mirada atenta y objetiva, todavía estamos resplandecientes, llenos de vibrante color, en buen estado, capaces de reflejar una gran belleza y sentido.

¿Por qué si todo esto es tan evidente no somos capaces de verlo? ¿Por qué se nos vuelve tan negra la mirada y el corazón? Creo que una de las causas principales, dentro de muchas otras, es la tristeza. Sí, pues nos dejamos hundir por el dolor que nos generan nuestras heridas y acabamos por naufragar en el mar de la tristeza, hasta perder la visión sobrenatural y espiritual de la realidad; hasta desangrarnos interiormente.

La ceguera espiritual que provoca la tristeza es una de las grandes conquistas del Maligno
Nos acorta la vista concentrando toda nuestra atención sobre nuestras heridas, problemas y dolores o sobre los de aquellas personas que nos han herido (¿Acaso para vengarnos?). De este modo, nos obnubilamos ante todo lo bueno y valioso que aún hay en nosotros, en el mundo, y también en los demás.

Terrible es este mal de la tristeza. Ya lo advertían tantos siglos atrás con lucidez los monjes del desierto. Juan Casiano por ejemplo decía:

«El espíritu de la tristeza que oscurece el alma y no le permite ninguna contemplación espiritual, impidiéndole toda obra buena. Cuando este espíritu malvado aferra el alma y la obnubila, no le permite cumplir sus oraciones con buena disposición de ánimo ni perseverar en el provecho que traen las sagradas lecturas, no permite que el hombre sea humilde y tierno hacia sus hermanos, en pocas palabras, le genera odio por cualquier tipo de actividad».

Para lograr romper este círculo vicioso, no basta tan solo una toma de conciencia del problema o una buena voluntad de cambio. Se requiere más bien un verdadero toque de gracia, una dulce mirada que nos saque de nosotros mismos y nos confirme de nuevo en el amor. Esa mirada que se refleja tan bien en la tierna imagen de la niña. Esa niña de nada, como llamaba Peguy a la esperanza;  que evoca la dulce mirada del Señor.

Y aquí la tristeza puede convertirse en algo bueno, porque puede ayudarnos a abrirnos a Dios. Nos lo decía el apóstol Pablo: «Ahora me alegro, no porque os entristecisteis, sino porque os entristecisteis para penitencia […] Pues la tristeza según Dios es causa de penitencia saludable, de que jamás hay que arrepentirse, mientras la tristeza según el mundo produce la muerte» (2Cor 7, 9-10).

En otras palabras, el dolor y la tristeza si son según Dios, pueden servirnos para  dejarnos mirar, abrazar y cuidar por Él (como la niña del video), porque nuestra vulnerabilidad es una puerta que nos abre a la dependencia. ¡Confiemos en Él! Dios ve nuestras heridas no para juzgarlas, sino para sanarlas.

Mientras los hombres son fugaces en el amor y tenaces en el juicio, Dios por el contrario es fugaz en el juicio y tenaz en el amor. No nos quedemos absortos, obsesionados con el bombillo quemado, sin reparar en la posibilidad de que bastaría quizá un toque profundo de gracia para cambiarlo todo. Él está a la puerta llamando (Cfr. Apo 3, 20), ya sea directamente, o por algún intermediario (Cfr. Lc10, 27-37).

¡Abrámonos a su misericordia en la oración! No nos dejemos encarcelar por aquellos pensamientos negativos como le sucedió a los fariseos que acabaron por cerrarle las puertas de su corazón a Jesús y a los demás hermanos. Al final, eran incapaces de ver el valor infinito que se escondía detrás de las apariencias.

Nuestro Maestro, en cambio, veía ya en el timorato pescador al gran apóstol (Cfr. Lc 5, 1-11), veía en la mujer humillada por su adulterio la conversión (Cfr. Juan 8, 1-11), veía en los ojos del desesperado y miserable ladrón el paraíso (Cfr. Lc 23, 35-43), ve en cada uno de nosotros a sus hermanos, hijos del mismo Padre, y nos ofrece siempre su reconciliación.

Aprendamos de Él, para que hagamos con los demás lo mismo; hagamos nuestra su mirada que da luz y vida, hagamos nuestra su muerte que para dilatar su resurrección.


Author:     Nory Camargo
Article title: ¿Qué tiene que ver una lámpara rota con mi tristeza? Un video excepcional
Website title: Catholic-Link
URL:        https://catholic-link.com/lampara-rota-tristeza/ 

jueves, 8 de agosto de 2019

La Coronilla de San Miguel Arcángel




Recientemente conseguí información sobre La Coronilla de San Miguel Arcángel o también conocido como el Rosario de los Ángeles, era la primera vez que oía hablar de su existencia y les puedo asegurar que quedé maravillada, tanto así, que me hice mi propia coronilla con algunos materiales de bisutería que tenía.

Esta coronilla surgió aproximadamente en 1750 d.c. cuando San Miguel se le apareció a una devota y sierva de Dios en Portugal, llamada Antonia de Astónac donde le reveló que quería ser honrado por medio de las nueve Salutaciones. Éstas consisten en la invocación de la intercesión del Arcángel Miguel y del coro Celestial con nueve plegarias a los 9 coros angelicales, en la que por cada coro se rezará un Padrenuestro y tres Ave Marías en honor a cada uno de ellos.

San Miguel hizo a su vez unas promesas para todo aquel que con devoción lo rezara, prometiendo enviar un ángel de cada coro angelical para acompañar a los fieles a la hora de la Comunión; así mismo, a aquellos que lo reciten a diario asegura que recibirán su asistencia continua durante toda esta vida y después de la muerte. Y serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres queridos y familiares serán librados del Purgatorio.

Coronilla-San-Miguel-Arcangel

Primero se comienza con una oración en la medalla, más un Gloria.

Luego se invocarán a los nueve coros angelicales con cada una de las salutaciones, acompañados de un Padrenuestro y tres Ave María.

1era Salutación: Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.

2da Salutación: Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Querubines, dígnate darnos tu gracia para que cada día aborrezcamos más el pecado y corramos con mayor decisión por el camino de la santidad. Amén.

3ra Salutación: Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Tronos, derrama en nuestras almas el espíritu de la verdadera humildad. Amén.

4ta Salutación: Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Dominaciones, danos señorío sobre nuestros sentidos de modo que no nos dejemos dominar por las malas inclinaciones. Amén.

5ta Salutación: Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Principados, infunde en nuestro interior el espíritu de obediencia. Amén.

6ta Salutación: Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Potestades, dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.

7ma Salutación: Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Virtudes, no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal. Amén.

8va Salutación: Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles, concédenos el don de la perseverancia en la fe y buenas obras de modo que podamos llegar a las buenas obras del cielo. Amén.

9na Salutación: Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Ángeles, dígnate darnos las gracia de que nos custodien durante esta vida mortal y luego nos conduzcan al Paraíso. Amén.

Al terminar las Salutaciones se rezará un Padrenuestro en honor a los siguientes ángeles:

San Miguel Arcángel
San Gabriel Arcángel
San Rafael Arcángel
Nuestro ángel guardián
Glorioso San Miguel, caudillo y príncipe de los ejércitos celestiales, fiel custodio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, familiar de la casa de Dios, admirable guía después de Jesucristo, de sobrehumana excelencia y virtud, dígnate librar de todo mal a cuantos confiadamente recurrimos a ti y haz que mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo servicio de Dios.

V: Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, Príncipe de la iglesia de Jesucristo.
R: Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.

y al finalizar:

Oremos:

Todopoderoso y eterno Dios, que por un prodigio de tu bondad y misericordia a favor de la común salvación de los hombres, escogiste por Príncipe de tu iglesia al gloriosísimo Arcángel San Miguel, te suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos nuestros enemigos de modo que en la hora de la muerte ninguno de ellos logre perturbarnos, y podamos ser por él mismo introducidos en la Mansión Celestial para contemplar eternamente tu augusta y divina Majestad por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Espero les guste tanto como a mí y les llene de paz.
Sin duda es una práctica espiritual que nos acerca a Dios y a su ejército celestial.

En honor a ti querido Arcángel Miguel.

jueves, 18 de julio de 2019

¿Quieres levantar el ánimo? Ponte a “Vivir” con Estopa y Rozalén





Si te levantas de mañana con el ánimo de una tortuga o de un koala, no te preocupes. Estopa y Rozalén han preparado una canción que viene sonando fuerte desde el pasado jueves. Se titula “Vivir” y te carga las pilas en menos de tres minutos. Pruébalo.
“Vivir” es un tema especial, escrito por Rozalén e interpretado por la cantante junto a ese dúo de “brothers” de Cornellá que se ríen de su propia sombra y se meten en el bolsillo a todo el personal con solo salir al escenario.

Estopa, siempre metidos en temas de justicia social y causas solidarias, apoyan esta vez la lucha contra el cáncer de mama. Venden este tema y los fondos que se recauden con las descargas legales irán destinados a la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer.

Rozalén convivió unos días con pacientes del cáncer de mama para empaparse de sus sentimientos. Y lo que le ha salido es una lección de humanidad y de ganas de vivir tremendas. El próximo 3 de noviembre está previsto un concierto organizado por la emisora española de radio Cadena 100 en Madrid. Los fondos son para la misma Asociación, AECC, y el lema es, cómo no, “Vivir”.


Author:     Dolors Massot
Article title: ¿Quieres levantar el ánimo? Ponte a “Vivir” con Estopa y Rozalén
Website title: Aleteia.org | Español - valores con alma para vivir feliz
URL:         https://es.aleteia.org/2017/10/23/quieres-levantar-el-animo-ponte-a-vivir-con-estopa-y-rozalen/

miércoles, 17 de julio de 2019

Cinco frases inspiradoras de la llegada del hombre a la luna






De la boca de John Fitzerald Kennedy a Pablo VI, la llegada del hombre a la luna, cuyo 50 aniversario se celebra este 20 de julio, ha dejado frases imborrables, tanto como aquellas inmortales imágenes de la primera caminata lunar. Aquí un recorrido de una travesía que desafió los límites de lo que el hombre creía que podía hacer, y que algunos invitaron a leer y entender en su mayor profundidad desde una perspectiva más trascedente.

J. F. Kennedy

En el que uno de los discursos más emblemáticos de la historia de la retórica política, el presidente John Fitzerald Kennedy (1917-1963) anunció que el hombre llegaría a la luna y dispuso de todos los esfuerzos de su país para concretarlo. Cierto es que la carrera espacial con la Unión Soviética fue acaso la más inocente de todas las disputas de la Guerra Fría, y no por ello estuvo libre de espionajes y episodios oscuros. Pero en aquel discurso del 12 de septiembre de 1092, en el estadio de la Universidad de Rice, JFK propuso una política de Estado, pero también un motivo trascendente para esa política de Estado:

Todavía no hay conflicto, ni prejuicios, ni conflicto nacional en el espacio exterior. Sus peligros son hostiles para todos nosotros. Su conquista merece lo mejor de toda la humanidad, y la oportunidad para una cooperación pacífica en ella pueda que nunca vuelva. ¿Pero por qué, dicen algunos, la luna? ¿Por qué elegir esto como nuestro objetivo? Y ellos bien podrían preguntar ¿por qué escalar la montaña más alta? ¿Por qué, hace 35 años, cruzar el Atlántico en avión? ¿Por qué Rice juega a Texas?

1.Nosotros elegimos ir a la luna. Elegimos ir a la luna en esta década y hacer las otras cosas, no porque sean fáciles, sino porque son difíciles, porque ese objetivo servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y habilidades, porque ese desafío es uno que estamos dispuestos a aceptar, uno que no estamos dispuestos a posponer.

JFK fue asesinado el 22 de noviembre de 1963. El programa Apollo siguió su marcha. Cuando pronunció su discurso, era mayoritario el rechazo al proyecto lunar. Sus palabras fueron inspiración y podrían haber sido decisivas para cambiar el curso de esta historia.

Pablo VI

San Pablo VI, como la humanidad entera, siguió con atención los sucesos de aquel julio de 2019. Y en el rezo del Ángelus y las audiencias, el Papa, siempre preocupado por la reflexión sobre el progreso, fue acompañando, en actitud de admiración y oración, y catequizando, la travesía de los astronautas.

Ángelus del 13 de julio de 1969: Aquí hay una pequeña pero siempre excelente lección de catecismo, que ilumina nuestra difícil meditación en el cosmos. Escucha, como una voz profunda que se eleva desde las profundidades del espacio y los siglos: “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra”. ( Gen. 1, 1). Observa el panorama del cielo y del mundo; Mide, si puedes, la inmensidad; Hazte un concepto de la densidad de la realidad, de la verdad que está contenida en ella; experimenta una emoción de asombro ante la grandeza ilimitada que tenemos ante nosotros; afirmar la distinción irreductible entre Dios el Creador y el mundo creado, y juntos reconocer, confesar, celebrar la inseparable necesidad, que une la creación con su Creador

Además de unirse a la oración y a la espera alegre, victoria sublime del progreso, como la definió, Pablo XVI meditó la jornada que Neil Armstrong pisaría la luna:

2. Ángelus del 20 de julio de 1969: ¿Quiénes somos, capaces de tanto? Haremos bien en meditar sobre el progreso. Hoy el desarrollo científico y operacional de la humanidad alcanza una meta que parecía inalcanzable: ¿el pensamiento y la acción del hombre a donde aún pueden llegar? Nos fascinan la admiración, el entusiasmo, la pasión por los instrumentos, los productos del ingenio y la mano del hombre, quizás hasta el punto de la locura. Y aquí está el peligro: desde esta posible idolatría del instrumento tendremos que mirarnos a nosotros mismos. Es cierto que el instrumento multiplica la eficiencia del hombre más allá de todos los límites; ¿Pero es esta eficiencia siempre a su favor? ¿Lo hace mejor? ¿más hombre? ¿O podría el instrumento no encarcelar al hombre que lo produce y convertirlo en un servidor del sistema de vida que el instrumento en su producción y en su uso impone a su amo? Todo sigue dependiendo del corazón humano.

El salmo que llegó a la luna

No fue Buzz Aldrin el autor ni de este salmo y por supuesto tampoco del Evangelio, pero sí es el hombre que supo llevar la Palabra de Dios a nuestro satélite, por lo que bien se merece el reconocimiento. Presbiteriano, llevó una diminuta comunión preparada por su Iglesia, leyó un pasaje del Evangelio – que la NASA, por un problema judicial que enfrentaba no compartió en vivo con el mundo-, y meditó unos fragmentos del salmo 8 que se había seleccionado:

3. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder?

La pisada

Pese a que él lo hubiese querido, no fue Aldrin el primero en pisar la luna. El honor quedó para el comandante Neil Armstrong, quien pronunció una sublime frase que durante mucho tiempo aseguró haber concebido una vez aterrizado el módulo lunar, pero su hermano, más recientemente, expresó la tenía pensada desde antes de partir desde la Tierra.

4. Es un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad

Subsiste aún la polémica, nunca del todo aclarada por Armstrong, de si el expresó “un hombre” o “el hombre”, debido a que en las grabaciones no se escucha con claridad el fonema en inglés “a”.

Sigue pareciendo un sueño

El periodista Walter Cronkite, el hombre más confiable de Estados Unidos, como se lo definía, fue el privilegiado relator de la CBS para el viaje del Apollo XI. Emocionado, convertido en poeta de la llegada del hombre a la luna, en gestos, en manos sudorosas, en lágrimas, en palabras como estas que decía apenas después de compartir las imágenes de Neil Armstrong:

5. Por miles de años ha sido el sueño del hombre caminar en la luna. Ahora, después de verlo pasar, sabiendo que pasó, sigue pareciendo un sueño.

viernes, 12 de julio de 2019

Que no te afecten las opiniones de los demás





Todos, tú y yo necesitamos tener muy clara la diferencia entre opinión y juicio. Para no meterme en tantas definiciones te lo plantearé así: opinión,”me gusta o no me gusta”; juicio, “es bonito y por eso me gusta o no me gusta porque está feo”. En el juicio ya hay un valor agregado, una cualidad o defecto que yo añadí; aún así, ese pensamiento es mío y no define ni a la persona ni al objeto.

La RAE define “opinión” como el “juicio o valoración que se forma una persona respecto de algo o de alguien”, es decir, el concepto personal que cada uno de nosotros tenemos hacia un tercero, hacia un evento, etc. Opinar es justo eso, lo que yo pienso desde mi conocimiento y mi realidad personal hacia (…), lo que quiere decir que mi pensamiento no define al objeto o a la persona sobre la que emito mi opinión. Es más, y aunque duela, mi opinión habla más de mí que de la otra parte porque habla de lo que realmente hay en mi interior, de lo que soy y de los valores que me rigen.

Es una realidad. La mayoría de las personas siempre vamos a hablar y a opinar. Bueno o malo, pero lo vamos a hacer. Es parte de la vida y de tener boca. Y lo vamos a hacer de acuerdo a nuestro corazón. (Aunque aquí, entre nosotros, más les valdría a muchas personas haber sido mudas porque tienen una boquita que bueno…) La diferencia entre opinar cosas buenos y cosas que no son tan buenas dependerá del interior de cada persona y de las heridas emocionales que arrastren.

Entonces aquí lo importante no es que las personas opinen de nosotros. Lo grave es que pongamos toda nuestra atención a lo que los demás dicen, al grado que dejamos que nuestra vida y estado de ánimo giren alrededor de terceros y de sus opiniones. ¡Qué horror! Les estamos dando poder a los demás sobre nosotros.

Así es, tristemente hay personas que se les va la vida y viven preocupadas por quedar bien con los demás, aunque dejen de ser auténticos. Otras, al estar tan atentas al que dirán, dejan de ser quienes realmente son. Sin caer en cuenta de que, si se siguen preocupando por lo que los demás piensen de ellas, entonces siempre serán prisioneras de terceros.

Viven más atentos e interesados en “cuidar las apariencias” que en realmente vivirlas. ¿Hipócritas? Me suena fuerte este término… Mejor pensemos que son inseguras…

El miedo a las críticas no es otra cosa que dejar de vivir nuestra propia vida por terror a ser rechazados. Por lo tanto, con tal de ser aceptados vivimos atentos a lo que los demás opinen de nosotros, al famoso qué dirán, a lo que los demás piensen de mí.

Casi siempre, las decisiones que toman estas personitas inseguras no son por convicción sino por “quedar bien” y para que hablen bien de ellas. De manera consciente o inconsciente buscan la aprobación porque, en su mundo, eso equivale al amor en forma de aceptación.

Así, viven sus vidas a merced de los demás: no hacen eso porque… “¡qué dirán!”; no se visten así porque… ¡qué dirán!; mejor se portan bien porque… ¡qué dirán!; no piden ayuda en su matrimonio que está en una crisis porque… ¡qué dirán!; las hijas se quedan embarazadas fuera del matrimonio, entonces mejor que aborten porque… ¡qué dirán!; los hijos embarazan a la muchacha y hay que casarlos aunque no haya amor porque… ¡qué dirán!; el marido le puso el cuernote y mejor se calla y no busca apoyo porque… ¡qué dirán!; no se juntan con fulana porque… ¡qué dirán!

Tantos y tantos ejemplos que podemos dar… Aquí está involucrado el ego y la importancia que tú le des al estatus social, profesional, económico, etc. y algo -o mucho- de inseguridad o baja autoestima. Esto está tan arraigado en algunas personas que su estado de ánimo y “sentido de pertenencia” dependerá de cómo las reciban y traten los demás.

¿Que qué dirán? ¡Qué digan lo que quieran! Ya basta de vivir a merced de todos, de sus opiniones y juicios. Para eso tenemos una ley moral grabadísima en el alma que si somos dóciles al Espíritu sabremos escuchar. La voz de nuestra conciencia nunca se calla, y aunque hoy en día alguno que otro la tenga anestesiada, será la que nos diga: “Por ahí sí o por ahí no”.

Entonces lo haremos o lo dejaremos de hacer “por convicción”, porque queremos ser mejores personas, más reales, íntegras, congruentes, coherentes, felices, auténticas, santas… y no por buscar ser aceptados.

Esas personas no han caído en la cuenta de que en el momento en que comiencen a vivir sus vidas de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro, siendo auténticas y sin “necesidad” de querer quedar bien con nadie, de aparentar lo que no son ni de guardar las apariencias vivirán una vida más libre, plena y en paz.

Para comenzar a soltar este tipo de comportamiento el cual si no se atiende se puede volver neurótico. Es muy importante que aceptemos -una vez más- que lo que otra persona piense de nosotros no es nuestra realidad, es decir, no es nuestra verdad.

Cuando las personas opinan, hablan u ofenden a alguien más, están hablándose y ofendiéndose a ellas mismas porque somos espejos unos de otros. Cuando alguien opina negativamente de nosotros, está opinando -o quizá criticando- algo de ella que ve reflejado en nosotros y que aún no lo ha superado en sí misma.

¿Has caído en cuenta que la mayoría de los que emiten opiniones hacia ti con no muy buena intención que digamos es por pura envidia? Dirás ¿de qué me pueden envidiar si tienen todo? Créeme que en el fondo todo es por envidia -entre muchas otras cosas- porque tienes una luz muy grande que les deslumbra y que ellas quisieran tener y no han podido. Es una pena porque todos tenemos el potencial de ser luz, unos de otros.

Si tu perteneces al grupo de personas que aún está estancada en esos pensamientos y las opiniones de terceros aún te mueven el piso, te sugiero que antes de que permitas que un comentario te llegue a afectar tomes en cuenta lo siguiente:

Ten claro cuál es el propósito de tu vida. ¿El qué dirán de ti? Lo que cada uno quiera decir es asunto suyo y eso no te define. Viniste a este mundo por amor y para el amor; para ser feliz y por ende para hacer felices a los demás. Tu valor como persona depende únicamente de ti, de tus actos, de tu comportamiento y de la dignidad con la que elijas vivir cada momento de tu vida independientemente de las circunstancias que la acompañen y no de lo que los demás piensen u opinen de ti.Es importantísimo que tú sepas quién eres y que tengas tu autoestima en su lugar para que nada ni nadie te mueva el piso y no te pases la vida queriendo convencer al mundo de que eres buena persona. Tampoco es necesario que vayas aclarando opiniones negativas, chismes o rumores que se dicen sobre ti. La misma vida y su aliado el tiempo se encargarán de poner a cada persona y a cada cosa en su lugar. A todos aquellos que “hablaron” de ti y emitieron opiniones malintencionadas, la misma vida se encargará de que paguen y donde más les duela (generalmente lo que más duele son los hijos). Eso no lo digo yo, es ley de vida, lo que tú le das, recibirás.
Nuevamente, ten claro que las críticas negativas y opiniones de terceros, son sólo eso, pensamientos de terceros y estos no te definen. Quítales el poder de que estropeen tu vida. Toma las cosas de quien vienen y no te enganches ni lo tomes personal.
Hazte de mecha grande. Opiniones son sólo opiniones. Cuando escuches el comentario negativo tú simplemente, y con la elegancia que te caracteriza, sonríe. Aunque te esté matando el coraje no hables ni pierdas la compostura. Si de verdad no te aguantas las ganas de hablar, mirándola a los ojos simplemente di: “Gracias por tomarme en cuenta” o “Gracias, pero pienso distinto a ti”. Das la media vuelta y te vas o bien cambias de tema. Por el otro lado, si la opinión que escuchas sobre ti te suma, entonces recibe el halago, pero nunca despegues los pies del piso. Recuerda siempre ser proactivo y no reactivo.
Acéptalo: tienes el derecho de no caerle bien a todos. Mira, no nos engañemos. Es una delicia que nos digan cosas positivas que nos suban el “pH emocional”. A todos nos gusta agradar y escuchar cosas bellas de lo que hacemos y no tanto disfrutamos que nos critiquen. Sin embargo, hay una gran diferencia entre que un comentario mueva un poco nuestro interior a que el mismo comentario estropee nuestro día por completo.
Rodéate de personas positivas y que por lo menos traten de siempre tener una palabra agradable para los demás. Aléjate de las sanguijuelas emocionales que te chupan energía.
Si eres de las personas que hace todo lo posible por ver lo mejor en los demás y te abstienes de hacer comentarios negativos y no críticas, eventualmente ese será el tipo de gente que atraerás hacia ti porque son con las que te sentirás más cómoda porque comparten valores.

Tú sigue creciendo y nunca te detengas por el qué dirán. Este mundo necesita de más personas auténticas, de una sola pieza, congruentes y luminosas como tú y como yo…

¡Vive en paz y suelta el qué dirán! Sólo preocúpate en agradar a Dios haciendo todo cara a Él con rectitud de intención. Lo demás… Lo demás y los demás son lo de menos… ¡A vivir sin cargas que no te corresponden!


Author:     Luz Ream
Article title: Que no te afecten las opiniones de los demás
Website title: Aleteia.org | Español - valores con alma para vivir feliz
URL:         https://es.aleteia.org/2017/03/08/deja-el-que-diran-y-que-no-te-afecten-las-opiniones-de-los-demas/

jueves, 11 de julio de 2019

Espléndida carta de amor a la esposa que aún no se conoce





Si La conquista del Oeste, 1492: la conquista del paraíso y La ciudad de la alegría están entre tus 3 películas preferidas; si libros como Viaje al centro de la Tierra y Los viajes de Marco Polo tienen un lugar especial en tu mesita de noche, entonces este artículo está escrito para ti.

¿Te atrae el descubrimiento de tierras sin explorar? ¿La llamada de lo desconocido te da escalofríos de emoción? ¿Te tienta salir de misión?

Antes de calzarte las botas, el sombrero y las gafas de sol, plantéate las 5 preguntas siguientes.

Aunque primero, revisemos juntos la definición exacta de ‘pionero’.

Un ‘pionero’ designa a una persona que explora una tierra desconocida para abrir camino a otras personas; atención, no confundirlo con un ‘colono’, el cual explora tierras vírgenes para revalorizarlas, instalarse y extraer beneficio de los recursos naturales descubiertos.

Y ahora, ¿preparado para responder al cuestionario con sinceridad?

Como habrás adivinado, es muy importante reflexionar bien antes de tomar una decisión, de lo contrario, tu aventura soñada podría terminar en pesadilla.



1 — ¿Estás listo para abandonarlo todo?



Miras todo lo que has hecho hasta ahora y tu sonrisa lo dice todo: estás satisfecho. ¡Fantástico!

Tienes un buen trabajo, interesante y bien pagado.

Te construiste hace cinco años un bonito chalé donde vivir y realizarte con tu pequeña familia.

Disfrutas de una amplia red de amigos maravillosos y de una iglesia dinámica en la que participas activamente.

De vez en cuando te escapas para una partida de polo o de golf, o de algo que te permita aliviar tensiones.

Únicamente si superas tus límites y tus hábitos podrías sentir algo más que satisfacción.

¿Y si de convirtieras en el impulsor de un proyecto hermoso, como por ejemplo, construir un orfanato en Brasil?

¿La otra noche viste un programa en la cadena Arte sobre la situación de pobreza al norte de Brasil y sentiste algo arder en tu interior? Sin contar las lágrimas que se acumulaban en tus ojos: ¡todos esos niños en la calle, sin padres, sin educación, sin futuro! Hay una visión que se va perfilando gradualmente dentro de ti y tienes que hacer algo al respecto.

Has hablado de ello con tu mujer y ahora los dos reflexionáis sobre el tema.

Estarías dispuesto a:

– ¿Salir de tu zona de confort?

– ¿Abandonar una carrera prometedora?

– ¿Perder tus relaciones?

– ¿Alejarte de tu familia?

– ¿Hacer los sacrificios necesarios?



2 — ¿Eres capaz de asumir riesgos?



Brotan las dudas. “Sí, bueno, ¿y si…? Pero ¿cómo? Y ¿hasta cuándo?”.

“¿Y mi familia?”.

Cuando se tiene familia, es sumamente difícil tomar este género de decisiones.

Debes elegir si embarcar a tu familia contigo. ¿Tomar riesgos en solitario? ¡Vale! Pero ¿hacer que ellos asuman también el peligro?

O bien que se queden en casa: el salario de tu mujer además de tus ahorros, con eso deberían poder salir adelante durante el tiempo que… Pero ¿cómo vivir alejados? Imposible no verse durante… ¿durante cuánto tiempo exactamente?

No saber qué será del mañana. Es lo peor de todo, el no saber, el no poder controlar el futuro. ¿Y si a tu vuelta tu jefe te ha reemplazado durante tu “año sabático”? ¿Y si lo pierdes todo, todo eso por unos niños felices?

Tendrás que acostumbrarte a eso, a tomar riesgos continuamente. Con las personas, con tu familia, con los huérfanos, con todos los que se hayan embarcado contigo en esta arriesgada aventura.

Cuando no tengáis muy claro el rumbo, deberás inspirarles, motivarles, animarles, tranquilizarles. Ellos dependerán de ti, aunque tú también dependerás de ellos. En efecto, habrás de forjar una confianza mutua, sin conocer realmente las competencias de los demás, pero te habrán cautivado sus sonrisas y su entusiasmo y sabrás delegar en ellos cuando sea necesario.

Y el tiempo pasa y apremia: no hay nada más angustioso que no saber si dispondrás de bastantes recursos durante el tiempo que dure tu misión.

Sin embargo, una frase te ayudará a continuar: el justo vivirá por su fe, ¡bien es sabido!



3 — ¿Estás hecho para tratar con lo desconocido?



Adaptación:

En ciertas situaciones quizás no sepas qué vas a comer ni dónde vas dormir.

Habrá que superar un buen número de obstáculos, puede que tengas que soportar los mosquitos y el sol, no ducharte durante varios días y comer todo el día alubias rojas si no quieres morir de hambre.

Habrá momentos en los que, mientras cultivas la mandioca, tendrás que aprender a mantener tu autocontrol, entrenar tu paciencia y una resistencia que soporte cualquier prueba, para hacer frente a lo imprevisto o a lo desconocido.

¿Te sientes capaz todavía de lanzarte sin tener un plan bien definido? Es un poco como saltar al vacío sin paracaídas.

Improvisación:

Tendrás que aprender a construir un depósito de agua donde recoger el agua de los chaparrones tropicales: ¡por fin podrás ducharte!

Ahora sabes cómo instalar pequeñas trampas alrededor de tu campamento para cazar pequeños animales: ¡se acabaron las alubias!

Y cuentas con los cuatro paneles solares que habías encargado a tu partida ¡o eso creías! Es solo cuestión de una semana, te dijeron… Tu mujer está pendiente del pedido mientras tanto.



4 — ¿Estás equipado de una visión “con 3D”?



Aquello que te encuentres, obstáculos, dificultades, barreras, si tienes una visión “con 3D”, entonces conseguirás superar tus límites, será como una segunda naturaleza para ti.

Descubrimiento: lo que descubras durante tu camino a golpe de machete, entre las lianas y las hierbas altas, no siempre será atractivo ni tranquilizador, pero las serpientes, las arañas y los demás bichos no te dan ningún miedo.

Te encanta conocer gente nueva, adoras las experiencias nuevas, ¡son muy enriquecedoras!

¿Sabrás mantener al día constantemente tu cartografía, revisar tu rumbo y trabajar tu sentido de la orientación y tus prioridades?

Desenvoltura: es algo más fuerte que tú. De pequeño eras fan de la serie McGyver. Tienes un ingenio que te permite transformar una rama en lanza para cazar, una hoja de ruibarbo gigante en parasol, una liana en bebida refrescante.

Has podido reconocer una feijoa o guayabo del Brasil porque en la Navidad de 2012 compraste una cesta de frutas exóticas, para variar. Harto de mandarinas.

Determinación: ¡no se te escapa nada! Una vez te pones en marcha, nada te detiene. Eres rápido a la hora de animar a los que siguen tus pasos. No estás dispuesto a haber hecho todos esos kilómetros, asumido tantos riesgos, gastado todos tus ahorros, esforzado en trazar una ruta en esta irritante jungla… para nada.

Hay que construir ese orfanato, no puedes dejar en la calle a todos esos niños.

Tu lema: avanzar aunque sea a tientas, pero nunca retroceder.

5 — ¿Cuáles son tus motivaciones?

¿Obtener beneficio?

Cuando pongas el último ladrillo del edificio de tu ambicioso proyecto, ¿pensarás en todos los honores que recibirás? ¿Te imaginas ya en los telediarios, en todas las redes sociales, dando entrevistas a diestra y siniestra, con tu foto expuesta por doquier?

Y hay otra estrategia que surge en tu cabeza. A tu vuelta, sin duda, te convertirás en director general de tu empresa y tu salario se multiplicará por tres. Y todo gracias al éxito de tu misión.



¿Autosatisfacción?



Estás orgulloso de ti mismo. Te invade un hermoso sentimiento de triunfo cuando contemplas las paredes encaladas de tu establecimiento. ¿“Tu” establecimiento? ¿No es también de tu familia? ¿Y de todos los voluntarios que se sumaron durante el desarrollo del proyecto?

“Sí, pero sin mí no existiría”.

No olvides que es también gracias a ellos que has podido colocar la placa “Orfanato de la Esperanza” sobre la pared del edificio.

Planta las semillas sin la certidumbre de ver crecer los árboles. Esparce las semillas para que un día otros disfruten de la sombra de esos árboles.



¿Mejorar la vida de otras personas?



Si para sentirte triunfante no necesitas disfrutar de los beneficios de una gran idea ni deslumbrar bajo las luces de las cámaras, si lo que cuenta realmente para ti es el sentimiento de haber conseguido algo, no solo “grande”, sino también profundamente “útil”, entonces ese es tu objetivo.

– Eres un creador de felicidad.

– Tu proyecto mejorará considerablemente la vida de miles de niños a largo plazo.

– Has mostrado el camino a otros que tomaron tu relevo y construyeron otros orfanatos.

– Has descubierto que cuanto más tiempo, más energía y más medios dedicabas a ayudar a los demás, a simplemente mejorar su día a día, más se convertía tu implicación hacia los demás en tu razón de ser.

Ahora eres un auténtico pionero, ¡ojalá que dure!

Después de todas estas constataciones, ¿crees que tienes las cualidades que se requieren para ser un buen pionero? ¿Reúnes todas las condiciones, o casi todas?

Si la respuesta es un gran “sí”, entonces ¡enhorabuena! ¡Estás listo para vivir los mejores momentos!

Si todavía es un “por ahora no”, tómate tu tiempo para madurar un poco tu reflexión.

Si la respuesta es un “no, categórico”, has de saber que hay personas que trazan el camino y hay otras personas que lo siguen.

Si no te encuentras entre las primeras, entonces es que eres de las personas que siempre están dispuestas a ayudar y a apoyar a los innovadores.

El consejo para ti, entonces, es que participes, ayudes, prestes servicio, apoyes. Los pioneros necesitan personas como tú, porque sin ellas sufrirían todas las penas del mundo para llegar a cabo un proyecto, si es que lo consiguen.

Y ahora, ¿preparado para vivir una experiencia excepcional?

miércoles, 10 de julio de 2019

Asume los retos que Dios te ha permitido tener




Tú eres una persona valiosa, no debes permitir que los obstáculos que a veces te invaden pongan fin a tu camino. Afronta cada situación pensando que es un nuevo reto que Dios te ha permitido tener, para que de ella saques lo mejor de ti y puedas darte cuenta de las capacidades con las que Dios te ha dotado.
Por ningún motivo dejes cosas sin terminar, la meta sigue estando allí, esperando que llegues a disfrutar tu recompensa, no te duermas ni te hagas de la vista gorda. ¡Enfréntalas!, por muy duro que sea la prueba, debes tener el valor de pararte firme y decir: “Aquí estoy, dispuesto a seguir intentándolo”.

Te invito a luchar por ese sueño que Dios puso en tu corazón. Aunque no lo sepas, allí lo tienes sembrado por Él, y lo riega constantemente a través de sus inspiraciones que a diario recibes. ¡No te detengas!, ¡No te desanimes!, ¡Lucha por ellos!, ¡Jesús te acompaña! Sin importar lo que suceda, todo tiene una solución, eres vasija nueva de Dios, confía, aunque creas que ya haya transcurrido mucho tiempo. Que tu fe sea la clave que derrumbe todos los muros que has construido con tu temor, abriendo así, un mundo de posibilidades que antes no estaban a la vista!

Hoy Dios te dice:

“Si el Señor no me hubiera ayudado, ya estaría habitando en la región del silencio. Cuando pienso que voy a resbalar, tu misericordia, Señor, me sostiene; cuando estoy cargado de preocupaciones, tus consuelos me llenan de alegría” (Salmo 94,17-19)

¡Confía! en el Señor tu Dios. Confía en que Él actúa poderosamente en tu vida, te conforta y te alienta a seguir adelante.

Oración

Padre amado, te alabo en todo momento porque sé que cada día abres tu inagotable lluvia de bendiciones a todos los que a Ti acuden confiados. Sales siempre en mi auxilio y me haces vivir tranquilo. Te doy gracias por toda la belleza que colocaste en la creación. En cada rincón de este mundo está reflejado tu magnificencia, la colocas por doquier para que de ella me inunde y te recuerde. Quiero recibir de Ti esa fuerza y ánimo para estar alegre, siempre dispuesto a luchar contra todas las adversidades. Quiero vivir en la serenidad de tus palabras aún en medio de la angustia. Quiero ser testigo de tu poder, que mi fe se vea fortalecida y que me abra puertas hacia unas maravillas jamás vistas. Dame vida en abundancia. Quiero vivir según tu amor y tu justicia. Gracias porque con tus Palabras, sanas mi mente y espíritu y me levantas en victoria ante aquellas circunstancias y problemas en las que yo me veo derrotado. Me conoces y me amas. En Ti creo, por eso te alabo y te adoro. Amén.



Author:     Qriswell Quero
Article title: Asume los retos que Dios te ha permitido tener
Website title: Aleteia.org | Español - valores con alma para vivir feliz
URL:         https://es.aleteia.org/2016/02/12/asume-los-retos-que-dios-te-ha-permitido-tener/

martes, 9 de julio de 2019

Asume los retos: ¡No te detengas! ¡No te desanimes!





Tú eres una persona valiosa, no debes permitir que los obstáculos que a veces te invaden pongan fin a tu camino, afronta cada situación pensando que es un nuevo reto que Dios te ha permitido tener, para que de ella saques lo mejor de ti y puedas darte cuenta de las capacidades con las que Dios te ha dotado.

Por ningún motivo dejes cosas sin terminar, la meta sigue estando allí, esperando que llegues a disfrutar tu recompensa, no te duermas ni te hagas de la vista gorda. ¡Enfréntalas!, por muy duro que sea la prueba, debes tener el valor de pararte firme y decir: “aquí estoy, dispuesto a seguir intentándolo”.

Te invito a luchar por ese sueño que Dios puso en tu corazón. Aunque no lo sepas, allí lo tienes sembrado por Él, y lo riega constantemente a través de sus inspiraciones que a diario recibes. ¡No te detengas!, ¡No te desanimes!, ¡Lucha por ellos!, ¡Jesús te acompaña! Sin importar lo que suceda, todo tiene una solución, eres vasija nueva de Dios, confía, aunque creas que ya haya transcurrido mucho tiempo. Que tu fe sea la clave que derrumbe todos los muros que has construido con tu temor, abriendo así, un mundo de posibilidades que antes no estaban a la vista!

Hoy Dios te dice:

“Si el Señor no me hubiera ayudado, ya estaría habitando en la región del silencio. Cuando pienso que voy a resbalar, tu misericordia, Señor, me sostiene; cuando estoy cargado de preocupaciones, tus consuelos me llenan de alegría” (Salmo 94,17-19)

¡Confía! en el Señor tu Dios. Confía en que Él actúa poderosamente en tu vida, te conforta y te alienta a seguir adelante.

Oración

Padre amado, te alabo en todo momento porque sé que cada día abres tu inagotable lluvia de bendiciones a todos los que a Ti acuden confiados. Sales siempre en mi auxilio y me haces vivir tranquilo.

Te doy gracias por toda la belleza que colocaste en la creación. En cada rincón de este mundo está reflejado tu magnificencia, la colocas por doquier para que de ella me inunde y te recuerde.

Quiero recibir de Ti esa fuerza y ánimo para estar alegre, siempre dispuesto a luchar contra todas las adversidades.

Quiero vivir en la serenidad de tus palabras aún en medio de la angustia. Quiero ser testigo de tu poder, que mi fe se vea fortalecida y que me abra puertas hacia unas maravillas jamás vistas. Dame vida en abundancia. Quiero vivir según tu amor y tu justicia.

Gracias porque con tus Palabras, sanas mi mente y espíritu y me levantas en victoria ante aquellas circunstancias y problemas en las que yo me veo derrotado. Me conoces y me amas. En Ti creo, por eso te alabo y te adoro. Amén.

lunes, 8 de julio de 2019

8 rasgos de las personas auténticas





Es posible que hayas convivido o convivas con una persona de este tipo y no lo sepas. Estas personas son una ráfaga de aire fresco en tu vida y llenan cualquier espacio en el que estén.
Son fáciles de identificar porque cuando llegan a tu vida, la inundan con buena energía, alegría e inspiración.

Su forma de ser es agradable y cualquiera a su lado se siente bien y en confianza. Las personas auténticas te hacen sentir tan bien que te permiten ser tú mismo.

A su lado, puedes olvidarte de poses e ideas preconcebidas. Saben que cada uno es especial y te harán sentir único. Veamos a continuación los principales rasgos de las personas auténticas.

Escuchan tu opinión y se expresan sin temor
Las personas auténticas saben que existen pocos motivos por lo que las opiniones deben permanecer ocultas.

Si esas personas tienen algo que decir, simplemente lo hacen. Ahora, siempre tienen cuidado de no herir a los demás con sus opiniones. Intentan hacerse oír y hacer valer su opinión, pero no quieren lastimar a nadie.

Muchas veces preferimos ocultar nuestras opiniones porque tememos ser criticados. Las personas auténticas saben que la crítica es muy común pero que no siempre está relacionada con ellas.

Entienden que la opinión que los demás tienen sobre ellas es algo exterior. Una de sus mejores cualidades es que saben que las opiniones no deben ser tomadas como algo personal.

“No se debe temer a aquellos que tienen otra opinión, y sí a aquellos que tienen otra opinión pero que son muy cobardes para manifestarla” (Napoleón I)

Actúan según motivaciones internas y no externas
¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo sólo porque querías hacerlo? Las personas auténticas rigen sus vidas por su propia escala de valores y hacen sólo lo que desean.

Saben que no pueden depender de los demás para ser felices, ni alcanzar sus objetivos. Son independientes y están dispuestas a arriesgarse para llegar donde desean.

3. Su mejor amigo es su “interior”

Las personas auténticas son muy diferentes entre sí. Algunas tienen muchos amigos porque se relacionan con facilidad. Otras son más introvertidas y prefieren tener pocos amigos que sean muy cercanos.

Nunca las verás haciendo algo que va en contra de su escala de valores, y su diálogo interior es positivo. Ellas no se sabotean a sí mismas, ni hacen cosas que puedan perjudicarlas.

Evitan juzgar
Las personas auténticas saben que no es fácil seguir su propio camino, por eso no pierden tiempo juzgando a los otros.

Es probable que si tienen algo que decir o una opinión sincera, la expresen. Luego olvidarán el asunto y dejarán que tomes tus propias decisiones. Puedes contar con ellas de manera honesta.

Conocen y valoran sus características particulares
Aunque los medios de comunicación nos convenzan de que ciertos patrones de belleza son los adecuados, las personas auténticas saben que cada uno es especial. Ellas no se preocupan en cumplir patrones de belleza.

Se concentran en conocerse a sí mismas y se valoran por lo que son. También conocen sus defectos y puntos débiles, y aprenden a sacar provecho de ellos o a disminuir sus efectos negativos.

No dan consejos que ellas mismas no seguirían
Las personas auténticas saben que criticar, juzgar o hablar de más es negativo. También saben que dar una opinión o consejo es más fácil que seguirlo. Por eso, cuando les pides un consejo, piensan mucho antes de hablar.

Las reconocerás porque son las personas que dan los consejos más realistas. Hablan desde su propia experiencia porque no sugerirían hacer algo que ellas mismos no harían.

Se cuidan física y emocionalmente
Las personas auténticas valoran quienes son y hacen lo posible por mantener su cuerpo y su mente en forma. Se dan tiempo para realizar sus rituales de belleza, salen a hacer ejercicio, cuidan su alimentación, y sus relaciones interpersonales.

Saben que la vida consiste en establecer prioridades y dar a cada cosa su importancia y su tiempo.

Las personas auténticas respiran libres y permiten que quien las rodea sea honesto. Tal vez tú mismo seas una de esas personas pero no te habías dado cuenta, o tengas a tu lado a una persona auténtica.

Si tienes a una de esas personas a tu lado, valórala y acéptala pues ella hará lo mismo contigo.


Author:     A maravilhosa
Article title: 8 rasgos de las personas auténticas
Website title: Aleteia.org | Español - valores con alma para vivir feliz
URL:         https://es.aleteia.org/2016/04/04/8-rasgos-de-las-personas-autenticas/

viernes, 5 de julio de 2019

Es el divino silencio




«Hace poco pude ver en casa de unos amigos una representación de San José que me ha hecho pensar mucho. Es un relieve procedente de un retablo portugués de la época barroca, en el que se muestra la noche de la fuga hacia Egipto. Se ve una tienda abierta, y junto a ella un ángel en postura vertical. Dentro, José, que está durmiendo, pero vestido con la indumentaria de un peregrino, calzado con botas altas como se necesitan para una caminata difícil. Si en primera impresión resulta un tanto ingenuo que el viajero aparezca a la vez como durmiente, pensando más a fondo empezamos a comprender lo que la imagen nos quiere sugerir».

1. «Mi corazón vigila»

«Duerme José, ciertamente, pero a la vez está en la disposición de oír la voz del ángel (Mt II, 13, ss.). Parece desprenderse de la escena lo que el Cantar de los Cantares había proclamado: Yo dormía, pero mi corazón estaba vigilante (Cant, V, 2). Reposan los sentidos exteriores, pero el fondo del alma se puede franquear. En esa tienda abierta tenemos una figura del hombre que, desde lo profundo de sí mismo, puede oír lo que resuena en su interior o se le diga desde arriba; del hombre cuyo corazón está lo suficientemente abierto como para recibir lo que el Dios vivo y su ángel le comuniquen. En esa profundidad el alma de cualquier hombre se puede encontrar con Dios. Desde allá Dios nos habla a cada uno y se nos muestra cercano».

[Reposan los sentidos exteriores, pero el alma está despierta. Dice un punto de Camino (368). «¿Te aburres? —Es que tienes los sentidos despiertos y el alma dormida»].



«Sin embargo, la mayoría de las veces nos hayamos invadidos por cuidados, inquietudes, expectativas y deseos de todas clases; tan repletos de imágenes y apremios producidos por el vivir de cada día, que, por mucho que vigilemos externamente, se nos pierde la interna vigilancia y, con ella, el sonido de las voces que nos hablan desde lo íntimo del alma. Ésta se halla tan cargada de cachivaches, y son tantas las murallas elevadas en su interior, que las voz suave del Dios próximo no puede hacerse oír. Con la llegada de la Edad Moderna, los hombres hemos ido dominando cada vez más el mundo, y disponiendo las cosas a la medida de nuestros deseos; pero estos adelantos en nuestro dominio sobre las cosas, y en el conocimiento de lo que podemos hacer con ellas, ha encogido a la vez nuestra sensibilidad de tal manera, que nuestro universo se ha tornado unidimensional. Estamos dominados por nuestras cosas, por todos los objetos que alcanzan nuestras manos, y que nos sirven de instrumentos para producir otros objetos. En el fondo, no vemos otra cosa que nuestra propia imagen, y estamos incapacitados para oír la voz profunda que, desde la Creación, nos habla también hoy de la bondad y la belleza de Dios».

[Pensemos un poco si nos pasa esto. ¿Dónde están nuestros pensamientos y nuestro corazón? ¿Qué es lo que los llena el alma? ¿Vamos adquiriendo cada vez más gusto por las cosas de Dios? ¿Vamos desarrollando la capacidad para lo espiritual, para oírle?].


«Ese José que duerme, pero que al mismo tiempo se halla presto para oír lo que resuene por dentro y desde lo alto —porque no es otra cosa lo que acaba de decirnos el Evangelio de este día—, es el hombre en el que se unen el íntimo recogimiento y la prontitud. Desde la tienda abierta de su vida, nos invita a retirarnos un poco del bullicio de los sentidos; a que recuperemos también nosotros el recogimiento; a que sepamos dirigir la mirada hacia el interior y hacia lo alto, para que Dios pueda tocarnos el alma y comunicarnos su palabra. La Cuaresma es un tiempo especialmente adecuado para que nos apartemos de los apremios cotidianos, y dirijamos nuevamente nuestros pasos por los caminos del interior».
-------------------------
[Todos los años, el viernes de la primera semana de Adviento, en la Liturgia de las Horas, leemos un texto de San Anselmo, que nos puede ayudar a comprender la importancia del silencio. San Anselmo, de familia noble, nació en Aosta (Lombardía). Su madre confió su educación a los benedictinos. Mientras se reponía de una enfermedad decidió abrazar la vida monástica. Su padre, Gondulfo, se opuso a su vocación y Anselmo abandona la casa paterna. Viajó a Francia e ingresa en el monasterio benedictino de Bec, en Normandía. Llega a ser abad y, más tarde, arzobispo de Cantorbery (1093). Uno de sus escritos más famosos es el Proslogion:

«Deja un momento tus ocupaciones habituales, hombre insignificante, entra un instante en ti mismo, apartándote del tumulto de tus pensamientos. Arroja lejos de ti las preocupaciones. Reposa en Dios un momento, descansa siquiera un momento en él. Entra en lo más profundo de tu alma, aparta de ti todo, excepto Dios y lo que puede ayudarte a alcanzarlo; cierra la puerta de tu habitación y búscalo en el silencio. Di con todas tus fuerzas, di al Señor: “Busco tu rostro; tu rostro busco, Señor”. Y ahora, Señor y Dios mío, enséñame dónde y cómo tengo que buscarte, dónde y cómo te encontraré.

Si no estás en mí, Señor, si estás ausente, ¿dónde te buscaré? Si estás en todas partes, ¿por qué no te veo aquí presente? Es cierto que tú habitas en una luz inaccesible, ¿pero dónde está esa luz inaccesible?, ¿cómo me aproximaré a ella? ¿quién me guiará y me introducirá en esa luz para que en ella te contemple? ¿Bajo qué signos, bajo qué aspectos te buscaré? Nunca te he visto, Señor y Dios mío, no conozco tu rostro.

Dios altísimo, ¿qué hará un desterrado, lejos de ti?, ¿qué hará este servidor tuyo, sediento de tu amor, que se encuentra alejado de ti? Desea verte y tu rostro está muy lejos de él. Anhela acercarse a ti y tu morada es inaccesible. Arde en deseos de encontrarte e ignora dónde vives. No suspira más que por ti y jamás ha visto tu rostro.

Enséñame a buscarte, muéstrame tu rostro, porque si tú no me lo enseñas no puedo buscarte. No puedo encontrarte si tú no te haces presente. Te buscaré deseándote, te desearé buscándote, amándote te encontraré, encontrándote te amaré» (SAN ANSELMO, Proslogion, en Brev. I, Viernes de la Primera Semana de Adviento).

Se comprende que sólo podremos encontrar a Dios si entramos en nosotros mismos mediante el silencio interior.

«Es el divino silencio que se hace en el alma cuando el hombre —invocando humildemente la ayuda del Espíritu Santo— consigue acallar en su mente y en su corazón las voces de la imaginación incontrolada, del egoísmo o de las pasiones, para escuchar —en una quietud humilde y enamorada— solamente la voz de Dios» (J. Herranz, Atajos del si-lencio, p. 126).

Lo dice la Madre Teresa de Calcuta: «El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz» (Madre Teresa de Calcuta).

No tener miedo a aislarse de los demás: «Recogerse no es alejarse, aislarse. Es abrazar. Es re-coger en Dios a los otros y a las cosas que tenemos a nuestro alrededor» (De nuestro Padre, citada por J. Herranz, Atajos del silencio). La contemplación es acción más rectitud de intención; diálogo más amor al prójimo].



2. «He aquí la sierva del Señor»

[Ahora nos fijaremos en otra faceta del relieve portugués que llamó tanto la atención del Papa: la disponibilidad de San José para amar la voluntad de Dios, fuera cual fuera, que incluía el dolor y la incertidumbre].

«Pasemos al segundo punto. Ese José que vemos está pronto para erguirse y, como dice el Evangelio, cumplir la voluntad de Dios (Mat. I, 24; II, 14). Así toma contacto con el centro de la vida de María, la respuesta que diera ella en el momento decisivo de su existencia: He aquí la sierva del Señor (Luc, I, 38). En él sucede lo mismo con su disposición a levantarse: Aquí tienes a tu siervo, dispón de mí. Coincide su respuesta con la de Isaías en el instante de recibir el llamamiento: Heme aquí, Señor, envíame (Is, VI, 8, en relación con I Sam, III, 8 y ss.). Esa llamada informará su vida entera en adelante. Pero también hay otro texto de la Escritura que viene aquí a propósito: el anuncio que Jesús hace a Pedro cuando le dice: Te llevará a donde tú no quieras ir (Jn, XXI, 10). José, con su presteza, lo ha hecho regla de su vida: porque se halla preparado para dejarse conducir, aunque la dirección no sea la que él quiere. Su vida entera es una historia de correspondencias de este tipo».

«Comenzó con la primera comunicación de las alturas: la del ángel al darle información sobre el secreto de la maternidad divina de María, el misterio de la llegada del Mesías. De improviso, la idea que se había hecho de una vida discreta, sencilla y apacible, resulta trastornada cuando se siente incorporado a la aventura de Dios entre los hombres. Al igual que sucediera en el caso de Moisés ante la zarza ardiente, se ha encontrado cara a cara con un misterio del que le toca ser testigo y copartícipe. Muy pronto ha de saber lo que ello implica: que el nacimiento del Mesías no podrá suceder en Nazareth. Ha de partir para Belén, que es la ciudad de David; pero tampoco será en ella donde suceda: porque los suyos no le acogieron (Jn, I, 11). Apunta ya la hora de la Cruz: porque el Señor ha de nacer en las afueras, en un establo. Luego viene, tras la nueva comunicación del ángel, la salida para Egipto, donde ha de correr la suerte de los sin casa y sin patria: refugiados, extranjeros, desarraigados que buscan un lugar donde instalarse con los suyos».

«Volverá, pero sin que hayan terminado los peligros. Más tarde, sufrirá la dolorosa experiencia de los tres días durante los que Jesús está perdido (Luc, II, 46), esos tres días que son como un presagio de los que mediarán entre la Cruz y la Resurrección: días en los que el Señor ha desaparecido y se siente su vacío. Y, al igual que el Resucitado no habrá de retornar para vivir entre los  suyos con la familiaridad de aquellos días que se fueron, sino que dice: No quieras retenerme, porque he de subir al Padre, y podrás estar conmigo cuanto tú también subas (cfr. Jn, XX, 17), así ahora, cuando Jesús es encontrado en el Templo, reaparece en primer plano el misterio de Jesús en lo que tiene de lejanía, de gravedad  de grandeza. José se siente, en cierto modo, puesto en su sitio por Jesús, pero a la vez encaminado hacia lo alto. Yo debía ocuparme de las cosas de mi Padre (Luc, II, 19). Es como si le dijera: Tú no eres padre mío, sino guardián, que, al recibir la confianza de este oficio, has recibido el encargo de custodiar el misterio de la Encarnación».

«Y morirá por fin José sin haber visto manifestarse la misión de Jesús. En su silencio quedarán sepultados todos sus padecimientos y esperanzas. La vida de este hombre no ha sido la del que, pretendiendo realizarse a sí mismo,  busca en sí solamente los recursos que necesita para hacer de su vida lo que quiere. Ha sido el hombre que se niega a sí mismo, que se deja llevar a donde no quería. No ha hecho de su vida cosa propia, sino cosa que dar. No se ha guiado por un plan que hubiera concebido su intelecto, y decidido su voluntad, sino que, respondiendo a los deseos de Dios, ha renunciado a su voluntad para entregarse a la de Otro, la voluntad grandiosa del Altísimo. Pero es exactamente en esta íntegra renuncia de sí mismo donde el hombre se descubre».

«Porque tal es la verdad: que solamente si sabemos perdernos, si nos damos, podremos encontrarnos. Cuando esto sucede, no es nuestra voluntad quien prevalece, sino ésa del Padre a la que Jesús se sometió: No se haga mi voluntad, sino la tuya (Luc, XXII, 42). Y como entonces se cumple lo que decimos en el Padrenuestro: Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo, es una parte del Cielo lo que hay en la tierra, porque en esta se hace lo mismo que en el Cielo. Por esto San José nos ha enseñado, con su renuncia, con su abandono que en cierto modo adelantaba la imitación de Jesús crucificado, los caminos de la fidelidad, de la resurrección y de la vida».



3. San José, peregrino

«Nos queda un tercer aspecto. Mirando a ese José que está vestido como peregrino, comprendemos que, a partir del momento en que supiera del Misterio, su existencia sería la del que está siempre en camino, en un constante peregrinar. Fue así la suya una vida marcada por el signo de Abraham: porque la historia de Dios entre los hombres, que es la historia de sus elegidos, comienza con la orden que recibiera el padre de la estirpe: Sal de tu tierra para ser un extranjero (Gen, XII, 1; Hebr, XI, 8 y ss.). Y por haber sido una réplica de la vida de Abraham, se nos descubre José como una prefiguración de la existencia del cristiano. Podemos comprobarlo con viveza singular en la Primera Carta de San Pedro y en la de Pablo a los Hebreos. Como cristianos que somos nos dicen los Apóstoles— debemos considerarnos extranjeros, peregrinos y huéspedes (I Ped, 1, y 17; II, 11; Hebr, XIII, 14): porque nuestra morado, o, como dice San Pablo en su Carta a los Filipenses, nuestra ciudadanía está en los Cielos  (Fil, III, 20)».

«Hoy suenan mal esas palabras sobre el Cielo: porque tendemos a creer que, apartarnos de cumplir nuestros deberes en la tierra, nos enajena de nuestro mundo. Tendemos a creer que nuestra vocación no es solamente hacer un Paraíso de la tierra y en esta concentrar nuestras miradas, sino a la vez dedicarle por completo el corazón y los esfuerzos de nuestras manos. Pero sucede en realidad que, al comportarnos de ese modo, lo que estamos haciendo justamente es destrozar la Creación. Ello es así porque, en el fondo, los anhelos del hombre, la saeta de sus ambiciones, apuntan en dirección al infinito. De aquí que, hoy más que nunca, comprobemos que únicamente Dios puede saciar al hombre por completo. Estamos hechos de tal forma, que las cosas finitas nos dejan siempre insatisfechos, porque necesitamos mucho más: necesitamos el Amor inagotable, la Verdad y la Belleza ilimitadas».

«Aunque ese anhelo sea insuprimible, podemos, por desgracia, desplazarlo de nuestros horizontes, y con ello perseguir las plenitudes buscando solamente en lo finito. Queriendo tener el Cielo ya en la tierra, esperamos y exigimos todo de ella y de la actual Sociedad. Pero, en su intento de extraer de lo finito lo infinito, el hombre pisotea la tierra e imposibilita una ordenada convergencia social  porque a sus ojos cada uno de ellos aparece como amenaza u obstáculo; y porque arranca del mundo material y del biológico, algunos de los componentes que necesitaría preservar para sí mismo. Tan solo cuando aprendamos nuevamente a dirigir nuestras miradas hacia el Cielo, brillará la tierra con todo su esplendor. Únicamente cuando vivifiquemos las grandes esperanzas de nuestros ánimos con la idea de un eterno estar con Dios, y nos sintamos nuevamente peregrinos hacia la Eternidad, en vez de aherrojarnos a esta tierra, sólo entonces irradiarán nuestros anhelos hacia este mundo para que tenga también él esperanza y paz».



4. Conclusión

«Por todo ello, demos gracias a Dios en este día porque nos ha dado ese Santo, que nos habla de recogernos en Él; que nos enseña la prontitud, y la obediencia, y la abnegación, y la actitud de caminantes que se dejan llevar por Dios; y que nos dice por esto mismo la manera de servir igualmente a nuestra tierra. Demos gracias así mismo por esta fiesta jubilar en la que podemos comprobar que sigue habiendo personas con el ánimo abierto a la voluntad de Dios, y preparadas para escuchar sus llamamientos y marchar a su lado hacia donde Él quiera llevarlas. E imploremos la gracia de lo Alto para que, demostrando también nosotros vigilancia y prontitud, y procediendo en nuestras vidas con loa misma plenitud de la esperanza, nos veamos un día recibidos por Dios, que constituye nuestro auténtico Destino de caminantes hacia la comunión en la vida eterna».


Autor: Cardenal Joseph Ratzinger

En 1992 (cfr. J. Ratzinger, De la mano de Cristo. Homilías sobre la Virgen y algunos Santos, Eunsa, Pamplona 1997, pp. 37-42).
Ra la Sagrada Escritura: Mateo 1, 16.18-21.24ª.

Entre corchetes hacemos algunos comentarios a las palabras del Cardenal.