domingo, 15 de abril de 2012




La serenidad es un estado de íntima placidez no comparable con ningún otro. 
Es un estado que posibilita un sentimiento curativo, que no es ni la exaltación, ni la euforia, es algo mucho mas profundo. 

Es la perla escondida que habla Jesús en el Evangelio.

Es este tiempo de ansiedad de "querer" tenerlo todo, de ansiedad insatisfecha, de voracidad, de agitación...podemos haber conquistado todo el universo pero la ansiedad nos atenazará. 

Dice Santa Teresa de Jesús " que es mejor un día de verdadero conocimiento propio que mil de muy subida contemplación".  Cuando hay conocimiento propio, aceptación de una misma, ello nos lleva a la paz interior y esta nos hace disfrutar de la naturaleza, del pequeño rayo de sol, del amanecer.... Sin embargo, vivimos como si nunca hubiéramos de morirnos o como si siempre nos quedara tiempo de conquistar la paz interior.
El conocimiento propio, el "caer en la cuenta" de quien nos "enamora" primero, nos llevará a la serenidad interior.

¿Es difícil encontrar la serenidad?. La tenemos en nuestro interior: "haremos morada en el", estamos en la onda de Dios, "en El vivimos nos movemos y existimos".......¿Recuperarla?, si desde el silencio interior........ahí en el fondo la tienes ¡reconquistala!

Hna. Virtudes

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