jueves, 4 de julio de 2019

La oscuridad también puede curar




Carl Gustav Jung trabajó muy bien con el concepto de “sombra” dentro de la psicología analítica. Dentro de ese contexto, la sombra no es más que un aspecto que descuidamos y negamos en nosotros mismos, solo que de una manera inconsciente. Como toda sombra, se queda detrás de nosotros y, por eso, difícilmente la vemos o nos damos cuenta cuando se acerca. También existen casos en que nos encontramos en una completa oscuridad y, por eso, también no la percibimos.
Observo cada vez más claramente que las personas no se permiten mirar su propia sombra y dejar espacio a ella en sus vidas. El punto más complicado para nosotros, seres humanos, es darnos cuenta de la presencia de esa sombra y darle un buen lugar en nuestras vidas, creyendo que puede – y que traerá – la curación que tanto buscamos.

Es muy importante que tengamos en mente que jamás reconoceremos la luz si no pasamos por ella y si no damos espacio a la oscuridad en nuestras vidas. La sombra (u oscuridad – como prefieras llamarla) nos ayuda a reconciliarnos con nuestra propia historia, además de proporcionarnos la aceptación de nosotros mismos, que tanto buscamos en otras personas. Vivir y dar espacio a la oscuridad, es decir: “Vamos hacia adelante. Me volveré cada vez más fuerte después de que pase la tempestad”.

No podemos olvidar cuáles son los tipos de dinámicas que componen ese concepto que llamamos sombra. Dentro de ella, están nuestros miedos, los traumas del pasado, las decepciones y la falta de perdón que nos envenenan cada día más, además de los sueños no realizados. Si nos escondemos de nuestra sombra, o si la escondemos de los demás, todo eso que cargamos dentro adquiere una mayor ferocidad y nos impedirá ser felices.

Una sombra amiga – cuando la tomamos así – es capaz de darnos abrigo en días de sol y luz fuerte, es capaz de descansar nuestros ojos y, con ello, nos ayuda a restablecer contacto con nuestra propia alma, muchas veces, perdida en algún momento de nuestro día. Para que eso suceda, tenemos que aprender a aceptarla, es decir, necesita ser integrada en nosotros como un todo, conscientemente, y las características que despreciamos en nosotros mismos necesitan verse como parte de nosotros – porque lo son. ¡Es necesario hacer de la sombra, nuestra tierna amiga!

Dar espacio a nuestra propia sombra es permitirnos vivir en lo oscuro en algunos momentos y dar un paso más para la reconciliación con nuestra propia historia. Por lo tanto, no podemos olvidar que nuestro crecimiento personal y nuestro bienestar psicológico, dependerán siempre de nuestra capacidad de dar luz a nuestra oscuridad. Después de este acto de valentía, iniciar un trabajo delicado, pero valioso, para curarnos, para encontrar el alma perdida, que tal vez tanto buscamos.


Author:Talita Rodrigues
Article title:La oscuridad también puede curar
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URL:https://es.aleteia.org/2019/05/11/la-oscuridad-tambien-puede-curar/

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