domingo, 7 de agosto de 2011

La fortaleza


Uno de los grandes defectos de nuestro mundo es la debilidad de voluntad. Las personas parecen que están vacunadas contra todo tipo de esfuerzos; el placer, la comodidad, los caprichos, la superficialidad, el desorden son la ley. Todo parece hacernos ver que la fortaleza de la voluntad cada día está más escasa.

Cuando hay un problema conyugal, lo más fácil es destruir el matrimonio. El divorcio se presenta como una salida muy práctica y atractiva. Los niños y los jóvenes huyen de cualquier esfuerzo. El placer sexual es ahora lo más importante para muchos. ¿Por qué tanta debilidad? ¿Por qué tanto miedo al esfuerzo?

¿Cómo es una persona que vive la virtud de la Fortaleza?

Se considera que una persona es fuerte, que vive la virtud de la Fortaleza, cuando en situaciones que puedan atentar contra su propia persona, resiste las influencias perjudiciales, soporta todas las molestias que encuentra y se entrega con valentía para vencer las dificultades y para acometer empresas grandes.

La virtud de la Fortaleza hace a la voluntad férrea, de acero, inflexible ante las dificultades, las tentaciones, los desánimos y problemas, grandes o pequeños de la vida de todos los días. La convierte en valiente para acometer, para atacar al enemigo.


¿Por qué la Fortaleza te ayuda a resistir las dificultades?

Decíamos que una persona que vive la virtud, en primer lugar, resiste las influencias perjudiciales, soporta todas las molestias que encuentra. Esta es la primera faceta de la virtud: resistir las dificultades, soportar las molestias.
¿Cuántas personas hay que no son capaces de soportar ni la más pequeña molestia?
¿Cuántos habrá que no resistan las influencias que les hacen daño? ¿Por qué
sucede esto? Simplemente, porque no han cultivado en sus personas la Fortaleza de espíritu. La voluntad, debilitada, cae fácilmente ante las dificultades, por más pequeñas que sean.

El que no está acostumbrado al esfuerzo, difícilmente podrá resistir las dificultades de la vida.

¿Qué es lo que nos propone el mundo de hoy ante las dificultades, por ejemplo, en el matrimonio? Basta que veamos algunas películas o telenovelas y podremos observar que, ante las dificultades propias de un matrimonio, la solución más fácil y cómoda es destruirlo. Irse con otra. Olvidar y rechazar cobardemente el compromiso contraído libremente. ¿Por qué se da esto? Por la debilidad de voluntad, por la pobreza de la vivencia de la Fortaleza en las personas.
Para resistir a los embates de las olas, es necesario ser fuerte. Para resistir los dolores que crea una enfermedad, hay que ser fuerte. Para resistir ante los cambios de humor, de estado de ánimo, hay que ser fuertes.

¿Cuántas veces has caído ante un mal humor? ¿Cuántas veces has perdido el control personal por falta de Fortaleza? ¿Cómo has herido a los demás porque no has sabido ser fuerte y dominarte a ti mismo? ¿Cuántas veces no has tenido el valor de responsabilizarte de las consecuencias de tus decisiones? ¿Cuántas…?

La virtud de la Fortaleza en su aspecto de resistir no se da gratuitamente. Hay que irla formando, día a día, desde pequeños. Empieza hoy mismo, contigo, dominándote en pequeñas cosas que exijan un esfuerzo: Levantarte inmediatamente, arreglar bien tus cosas, privarte de algún capricho, ser paciente con tus hijos, dar gusto a tu cónyuge, no dejar las cosas fuera de lugar.

En fin, un sinnúmero de pequeñeces que irán poco a poco construyendo en ti la virtud de la Fortaleza, como aquel albañil que, ladrillo a ladrillo, construye una hermosa casa.

Fatigas, esfuerzos y constancia darán como fruto la vivencia de la virtud. Recordemos que, humanamente, la persona que quiere ser madura y cumplir con su fin natural de crecer como tal, necesariamente ha de ser dueña de sí misma, dueña de sus decisiones, señora de sus inclinaciones e instintos. El niño busca siempre cumplir sus caprichos porque todavía no forma la virtud de la Fortaleza.

Pero ¿un adulto? ¿Un adulto puede ser esclavo de sus flojeras, de sus enojos, de sus iras y malos humores? Si no posee una fortaleza personal que resista estas dificultades, nunca llegará a ser verdaderamente adulto.

Resistir, el gran reto del hombre ante las dificultades. Dificultades internas, que le nacen desde adentro por el egoísmo, por amarse a sí mismo. Dificultades externas, que la vida nos presenta todos los días: encontrar el sustento, conservar lo que se tiene, estudiar, mejorar...

Si quieres que tus hijos triunfen en la vida, que permanezcan siempre fieles a Dios, que resistan las molestias de sus propias vidas, ayúdales a que se ejerciten diariamente en la formación de la virtud de la Fortaleza, en su primer forma: RESISTIR.

¿Por qué que la Fortaleza nos ayuda a acometer?

En muchas ocasiones pensamos que la fortaleza se limita en soportar las molestias que se nos presentan. Sin embargo, ella es importante para entregarse con valentía para vencer las dificultades y acometer acciones y empresas grandes.

La pereza, la flojera, hay que vencerla con esfuerzo, con entusiasmo, con decisión. Obtener algo mejor para la casa, sin duda que cuesta esfuerzo.
Únicamente el fuerte ha de ser capaz de lograrlo. El esfuerzo es su medida. No
basta soportar las dificultades, hay que acometer con valentía y decisión ante estas contrariedades. ¿Cuántas horas y horas de esfuerzo se requieren para enseñar algo a los hijos? ¿Cuánta paciencia hay que tener para construir esa casa sobre piedra? ¿Cuántos años se han de dedicar para sacar adelante los estudios de primaria? El fuerte, el que sabe acometer ante estas dificultades saldrá victorioso. El que se decida a remar en su lancha y cruzar el mar,
necesitará de mucha fuerza y constancia para llegar a un puerto seguro.

Para formarse en la Fortaleza, es necesario esforzarse valientemente. Para lograr que tu familia sea una auténtica familia según lo que Dios quiere de ella, no basta resistir las dificultades, hay que enfrentarse a ellas, tomar al toro por los cuernos, y ponerse a trabajar para que cada día tu hogar mejore.

Para alcanzar la vida eterna, hay que esforzarse. Jesús nos dice: "De los esforzados es el Reino de los Cielos". El que se esfuerza, formará en él a la virtud de la Fortaleza.

Las grandes batallas se ganan luchando. Quien se siente a contemplar al ejército enemigo, jamás podrá vencerlo. El que quiera ser mejor, tendrá que esforzarse por serlo. El niño que quiere sacar un diez, habrá de esforzarse. El marido que ame a su esposa, habrá de esforzarse por darle a ella lo mejor. La esposa que ame a su marido buscará, de igual forma, todo aquello que lo haga feliz. El que quiera educar a sus hijos, requerirá de grandes esfuerzos constantes para que ellos, al cabo de los años, se formen como verdaderas personas, como auténticos cristianos. El que quiera alcanzar la vida eterna, que se esfuerce por lograrlo.

En la Biblia puedes consultar

Son muy abundantes los pasajes donde Jesucristo nos habla del esfuerzo, de la
Fortaleza. Estos son algunos de ellos:

San Lucas 4,1-13, donde podrás contemplar la fortaleza del Señor ante las tentaciones del demonio en el desierto.

San Lucas 9, 62, donde nos habla de resistir para alcanzar el Reino de los Cielos.

San Lucas 13, 24, nos recuerda:"Esfuércense por entrar por la puerta estrecha…"

San Lucas 16, 16, donde nos habla que hay que esforzarse por entrar en el Reino de los Cielos.

También, aprenderemos mucho de la fortaleza de Cristo al contemplarle resistiendo con paciencia amorosa los sufrimientos de la Pasión.

Cuando la comodidad se haga presente en tu vida, o la pereza, o el placer, recuerda que si no es por el esfuerzo, sencillamente no entrarás al Reino de los Cielos.

Ten cuidado de los placeres fáciles que te ofrece el mundo, te apartarán de Dios.

Cuídate de ti mismo cuando te lleguen los enojos e impaciencias. ¡Véncete a ti mismo! Esfuérzate.

Cuida tu fe, tu amistad con Dios cuando te encuentres frente una tentación. Sé fuerte. Resiste. No te dejes vencer.


Autor: Francisco de Paula Cardona Lira

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