miércoles, 27 de diciembre de 2017
¿Sabías que sólo en Tepatitlán de Morelos se le ponen platitos al Niño Dios?
-Mija, le pusiste platito al Niño Dios?
-Si abuelito…también tú le vas a poner plato para mi?
-Si, mija. Mañana vienes a ver que te dejó el Niñito Jesús. Yo le voy a poner platito para ti.
Esta conversación, tan común en la víspera de la nochebuena en Tepatitlán, es inentendible en cualquier otro rincón del país. Se trata de otra tradición, de esas que nos hacen distintos y especiales y que tanto molesta a la gente de fuera, esos que piensan que no puede haber cosas bonitas y diferentes en nuestro rinconcito alteño.
Así es. Solamente en Tepatitlán, y no en otras ciudades, acostumbran poner un plato junto al nacimiento o debajo del árbol, para que en la madrugada, venga el “Niñito Dios” a dejar los juguetes para los chiquitines.
En otras ciudades, ponen un zapato. En el centro del país, de hecho, el “Niño Dios” ni llega a las casas. Sólo los Reyes Magos, hasta la noche del 5 de enero o madrugada del 6 de enero. Y en el norte del país, “el que rifa” es el Santo Claus. Bueno, Santa. Eso de decirle “Santo Claus” nomás se utiliza aquí en Tepa, por sonoro y sabroso. Pero es Santa.
Algunas personas de otras ciudades se han quejado. Han calificado de “exquisito”, o hasta de “bizarro”, el hecho que alguien deje un plato para que el “Niño Dios” ponga ahí los regalos.
-¿Y a poco si es una bicicleta el Niño Dios también la deja? – pregunta el tapatío sorprendido
-¡Por supuesto! Aunque nomás alcance una llanta- responde el tepatitlense orgulloso, quien repregunta: “¿En Guadalajara entonces en dónde les deja los juguetes?
-Pues ahí…en el piso…junto al árbol- agrega el tapatío encogiéndose de hombros, al darse cuenta del poco glamour que representa aventar el regalo en el suelo.
-Mmmmm, qué chiste…- replica el alteño con el pecho inflado.
Vaya que somos distintos en Tepatitán. Y eso nos gusta.
Por eso estamos orgullosos del tamal con caldito, de los tacos de chanfaina, de las papas con revoltura y de echarle mayonesa a la tostada de ceviche. “¡Nosotros sí sabemos comer!”, solemos decir orgullosos.
Y los platos, no sólo sirven para esas delicias de la gastronomía tepatitlense. También sirven para que el niño Jesús demuestre su amor con un obsequio, que al final del día, hará tan felices a los niños, como felices somos los que tenemos la bendición de haber nacido y vivido en esta hermosa tierra.
¿Y tú, le dejaste platito al Niño Dios?
Autor: Kiosco Informativo
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