Si el texto cantado es religioso, une a quienes lo cantan
con algo muy valioso, por ser trascendente, y potencia la vinculación que
produce el mero cantar a coro
Una tarde de Navidad, el gran poeta y diplomático francés
Paul Claudel acudió a la catedral de Notre Dame de París por el simple deseo de
contemplar una ceremonia noble, dotada de cierto sentido estético. Apoyado en
una de las columnas de la nave lateral de la derecha, escuchó atento el canto
de las Vísperas. Al oír el Magníficat, se vio inmerso en un ámbito de luz y
belleza, que pareció transportarle a lo mejor de sí mismo. En su mente se
iluminó, como por un relámpago, la idea clara de que ese estado de autenticidad
personal era propio de quienes viven en la Iglesia. Ésta dejó de ser para él
una institución rígida y lejana, para convertirse en el espacio de vida en el
que se producen esas eclosiones de belleza y vida desbordante. La
transformación espiritual estaba hecha. Había realizado la experiencia de lo
divino, y de su riqueza iba a nutrir su espíritu durante el resto de su vida.
¿Qué enigmático poder tiene la música para servir de
vehículo a la gracia divina y suscitar una conmoción espiritual tan profunda?
Autor: D. Alfonso López Quintás
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