sábado, 2 de junio de 2012

Predicar sólo a Jesucristo






El Maestro Ávila, patrón del clero español, es el iniciador de la ascética y de la mística, es una joya desconocida para el gran público y olvidado para ciertos sectores universitarios. Hombre culto de su época, con amplios conocimientos bíblicos, patrísticos, teológicos y humanísticos. Fue reformador, pedagogo, evangelizador y hasta inventor. Como predicador del Evangelio, gozó de fama de buen comunicador en su tiempo. Llenaba las iglesias y las plazas, motivaba al auditorio a la conversión a Jesucristo y a una vida cristiana más auténtica. Su estilo era natural, elegante, cálido al modo paulino, y además repleto de figuras atractivas de las que se valía para comunicar los grandes principios de la fe a sabios y gentes sencillas. Si seguimos bien su magisterio, podríamos sacar toda una serie de directrices  de cómo predicar y evangelizar.

El llamado Apóstol de Andalucía, conjugó en su vida y acción pastoral los dos momentos de la comunicación que nos habla el Mensaje de Benedicto XVI para esta Jornada: silencio y palabra. Él es un ejemplo vivo de cómo trasmitir la fe de la Iglesia en tiempos de cambios y turbulencias. Su oratoria no era hueca, surgía de los largos ratos de oración y del estudio, porque “al púlpito había que ir templado” y con celo apostólico de “ganar las almas para Cristo”. Aquí radica, aún hoy, la gran fuerza de convicción de sus sermones y escritos.

En el nuevo Doctor, se daban las cuatros condiciones de un buen comunicador: Tenía algo que decir: “predicar sólo a Jesucristo”. Sabía decirlo, porque se preparaba y poseía un sentido práctico de los temas. Poseía capacidad de sintonía con el público, debido a que estaba atento a los problemas que vivía el pueblo. Por último, cultivaba el arte de relacionarse con todos y en todo. También en esto posee la eminens doctrina de la Comunicación y que tan necesaria es para implantar la nueva evangelización en los escenarios del siglo XXI.

En la actualidad los “pulpitos seculares” son los Medios de Comunicación tradicionales y las Nuevas Tecnologías. Ha cambiado ciertamente el “soporte”, pero no lo esencial de la comunicación, que tan brillantemente manejó el sacerdote secular Juan de Ávila, y que continúa siendo perenne, universal y actual. El Papa nos lo recuerda con estas palabras: “aprender a comunicar quiere decir aprender a escuchar, a contemplar, además de hablar, y esto es especialmente importante para los agentes de la evangelización: silencio y palabra son los elementos esenciales e integrantes de la acción comunicativa de la Iglesia, para un renovado anuncio de Cristo en el mundo contemporáneo”.

Autor:  Juan del Río Martín, Arzobispo Castrense de España

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