Establecer objetivos y comprometernos con la
consecución de los mismos, es de suma importancia cuando nos enfrentamos a
nuevos retos y nuevos tiempos.
Antes
de realizar cualquier actividad, es indispensable determinar hacia donde se
quiere ir y cómo se va a realizar dicha labor. Planificar de antemano todo lo
que se va a hacer es pisar sobre seguro y tener confianza que al final se
conseguirán los resultados deseados.
Cuando
se inicia un nuevo año, las expectativas que se tienen de este son inmensas. Pensamos siempre que existirán
nuevas oportunidades y nuevos retos que afrontar. Corregimos todos aquellos
detalles que no funcionaron antes y nos embarcamos en otra aventura que
esperamos tenga un desenlace óptimo para nuestro bien y el de todos los que nos
rodean.
Lo
importante al momento de empezar ha realizar cualquier actividad o
encarrilarnos en nuevos proyectos, es tener conciencia que todo inicio
significa estar dispuestos a cambiar positivamente en todo lo que se requiera.
Y esto se basará en acciones que deben realizarse de la mejor manera y en el
momento adecuado.
Como
primera medida, se deben plantear objetivos que se piensan lograr en todo
sentido (familiar, profesional, personal, etc.) y cómo se lograrán, ya que no
es suficiente con soñar lo que se quiere sin conocer el vehículo a través del
cual llegaremos al destino final.
Por tal
razón, debemos buscar el apoyo y la ayuda que sea necesaria para lograr que
nuestros cambios se reflejen en un futuro. Si lo que queremos es aumentar
nuestros conocimientos, será indispensable determinar qué personas o
instituciones son las más adecuadas para ello y, lógicamente, pensar de donde
se conseguirán los recursos necesarios para la consecución del mismo.
Si por
otro lado, lo que buscamos es conseguir un trabajo mejor, deben analizarse y
evaluarse medidas alternativas conducentes a lograr el cambio deseado y luchar
por conseguir este objetivo.
Realizar
un seguimiento y una evaluación periódica de los objetivos y métodos para su
consecución, es de suma importancia ya que se pueden tomar los correctivos
necesarios si existe alguna desviación o malos resultados en lo que se está
buscando. Además, no importa cuántas veces se reemprenda el camino si cada vez
nos acercamos más al objetivo final.
Planear
con antelación lo que queremos y cómo lo haremos, es no dejar al azar el
destino de nuestra vida
Otro
punto que vale la pena destacar es el que tiene que ver con la improvisación o
el azar. En lo posible, debe propenderse porque estos dos términos no aparezcan
en nuestro léxico ya que son sinónimo de mediocridad y falta de planeación y
rumbo.
Así
mismo, basados en la experiencia que nos dejaron las actividades pasadas,
cuando lleguemos a un nuevo año o empecemos un nuevo proyecto, sabremos que sí
es posible lograr éxito ya que las luchas y los mecanismos para alcanzar las
metas anteriores se utilizaron de una manera correcta y, sin dudarlo, estaremos
seguros que llegaremos a nuestra destino final sin ningún contratiempo.
Cabe
recordar que nadie trabajará por nosotros si no nos esforzamos individualmente,
por tal razón, debe existir un compromiso real de alcanzar nuevos objetivos,
valorando cada idea por insignificante que parezca y aprovechando el tiempo al
máximo, ya que no sabemos si mañana podremos seguir en la lucha.
Autor:
Oscar Javier Salinas
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