Mientras te levantabas esta mañana, yo te observaba.
Esperaba que me hablaras, aunque fuesen unas cuantas palabras, preguntando mi
opinión acerca de algún tema o agradeciéndome por algo bueno que te hubiese
sucedido el día de ayer. Pero noté que estabas muy ocupada... buscando la ropa
adecuada que te ibas a poner para ir al trabajo. Seguía esperando mientras
corrías por la casa arreglándote, creí que encontrarías unos cuantos minutos
para detenerte y decirme "HOLA"... pero estabas demasiado ocupada...
Para ver si por fin me percibías, encendí el cielo para ti,
lo llené de colores y dulces cantos de pájaros... pero ni siquiera te diste
cuenta de ello. Te miré mientras ibas rumbo al trabajo y esperé pacientemente
todo el día. Con tantas actividades supongo que... estabas muy ocupada para
decirme algo.
De regreso, ví tu cansancio, quise rociarte para que el agua
se llevara tu stress. Pensé que agradándote, te acordarías de mí. Sin embargo,
enfurecida, ofendiste mi nombre. Deseaba tanto que me hablaras... aún quedaba
bastante tiempo.
Después encendiste el televisor. Esperé pacientemente
mientras veías tu programa favorito, luego cenaste y nuevamente te olvidaste de
hablar conmigo.
Te noté cansada, entendí tu silencio y apagué el resplandor
del cielo pero no te dejé a oscuras. Lo cambié por un lucero... Verdaderamente
fue hermoso, pero no estuviste interesada en verlo.
A la hora de dormir creo que ya estabas agotada. Dijiste buenas noches a tu familia, caminaste hacia tu cama y casi de inmediato te dormiste. Acompañé con música tus sueños, mis animales nocturnos se lucieron. No hay problema... porque quizás no te dés cuenta que siempre estoy ahí para ti.
A la hora de dormir creo que ya estabas agotada. Dijiste buenas noches a tu familia, caminaste hacia tu cama y casi de inmediato te dormiste. Acompañé con música tus sueños, mis animales nocturnos se lucieron. No hay problema... porque quizás no te dés cuenta que siempre estoy ahí para ti.
Tengo más paciencia de la que te imaginas. Quisiera
enseñártela para que puedas tenerla con los demás.
Te amo tanto que espero todos los días una oración y el
paisaje que diseño cada amanecer es para ti.
Bueno... te estás levantando de nuevo y no me queda otra
cosa que entregarte todo el amor que siento por ti y continuar esperando que,
al menos, el día de hoy me dediques sólo... un poco de tiempo.
Que tengas un buen día...
Dios.
Autor: Desconocido Fuente: webcatolicodejavier.org
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