-Jesús manso y humilde de Corazón, ...Óyeme.
-Del deseo de ser lisonjeado,...Líbrame Jesús (se repite)
-Del deseo de ser alabado,
-Del deseo de ser honrado,
-Del deseo de ser aplaudido,
-Del deseo de ser preferido a otros,
-Del deseo de ser consultado,
-Del deseo de ser aceptado,
-Del temor de ser humillado,
-Del temor de ser despreciado,
-Del temor de ser reprendido,
-Del temor de ser calumniado,
-Del temor de ser olvidado,
-Del temor de ser puesto en ridículo,
-Del temor de ser injuriado,
-Del temor de ser juzgado con malicia,
-Que otros sean más estimados que yo,...Jesús dame la gracia
de desearlo (se repite)
-Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse,
-Que otros sean alabados y de mí no se haga caso,
-Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue
inútil,
-Que otros sean preferidos a mí en todo,
-Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea
todo lo santo que pueda.
ORACIÓN
Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y
muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor
propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que
humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser
ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.
Autor: Cardenal Merry
del Val
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