Todo sufrimiento
humano, unido al de Cristo es fuente de salvación, de redención. Podemos
aprovechar nuestro sufrimiento y convertirlo en fuente de frutos de salvación. El
sufrimiento del inocente solo se entiende desde Cristo, el cordero inocente,
llevado al matadero. El fue inocente: "Paso haciendo el bien", fue
signo de contradicción, fue llevado como un malhechor, sufrió uno de los más
terribles tormentos, la crucifixión, pero lo hizo por amor, para enseñarnos el
valor del dolor y que también cada uno de nosotros lo podamos vivir así, cuando
nos llegue.
Te escribo desde mi
cruz a tu soledad, a ti, que tantas veces me miraste sin verme y me oíste sin
escucharme.
A ti, que tantas veces prometiste seguirme de cerca y sin saber por qué te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo para que no te perdieras.
A ti, que no siempre
crees que estoy contigo, que me buscas sin hallarme y a veces pierdes la fe en
encontrarme, a ti, que a veces piensas que soy un recuerdo y no comprendes que
estoy vivo.
Yo soy el principio y el fin, soy el camino para no desviarte, la verdad para que no te equivoques y la vida para no morir.
Mi tema preferido es
el amor, que fue mi razón para vivir y para morir.
Yo fui libre hasta el fin, tuve un ideal claro y lo defendí con mi sangre para salvarte.
Yo fui libre hasta el fin, tuve un ideal claro y lo defendí con mi sangre para salvarte.
Fui maestro y
servidor, soy sensible a la amistad y hace tiempo que espero que me regales la
tuya.
Nadie como yo conoce tu alma, tus pensamientos, tu proceder, y sé muy bien lo que vales.
Sé que quizás tu vida
te parezca pobre a los ojos del mundo, pero Yo
sé que tienes mucho para dar, y estoy seguro que dentro de tu corazón hay un tesoro escondido; conócete a ti mismo y me harás un lugar a mi.
sé que tienes mucho para dar, y estoy seguro que dentro de tu corazón hay un tesoro escondido; conócete a ti mismo y me harás un lugar a mi.
Si supieras cuánto
hace que golpeo las puertas de tu corazón y no recibo respuesta.
A veces también me
duele que me ignores y me condenes como Pilatos, otras que me niegues como
Pedro y que otras tantas me traiciones como Judas.
Hoy te pido que
te unas a mi dolor, que lleves tu pequeñas cruz junto a la mía, te pido
paciencia y perdón para tus enemigos, amor para tu pareja, responsabilidad para
con tus hijos, tolerancia para los ancianos, comprensión para todos tus
hermanos, compasión para el que sufre, servicio para todos, así lo he vivido Yo
y así te lo he enseñado.
Quisiera no volver a
verte egoísta, orgulloso, rebelde, disconforme, pesimista. Desearía que tu vida
fuera alegre, siempre joven y cristiana.
Cada vez que aflojes, búscame y me encontrarás; cada vez que te sientas cansado, háblame, cuéntame.
Cada vez que aflojes, búscame y me encontrarás; cada vez que te sientas cansado, háblame, cuéntame.
Cada vez que creas
que no sirves para nada no te deprimas, no te creas poca cosa, no olvides que
yo necesité de un asno para entrar en Jerusalén y necesito de tu pequeñez para
entrar en el alma de tu prójimo.
Cada vez que te
sientas solo en el camino, no olvides que estoy contigo.
No te canses de
pedirme que yo no me cansaré de darte, no te canses de seguirme que yo no me
cansaré de acompañarte, nunca te dejaré solo.
Aquí a tu lado me tienes,
estoy para ayudarte.
Desde mi cruz, te envío este mensaje, te quiero mucho, tu amigo: Jesús
Autor: Padre
Dennis Doren L.C.
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