Una parte del Rosario -que es lo que se suele rezar cada día- consta de cinco misterios.
1. Escuchas la enunciación del Misterio y lees la Palabra de Dios: pide luces para que el Espíritu Santo ilumine tu alma.
2. Contemplas el misterio: te imaginas la escena del Evangelio y te metes dentro de ella como si fueras un personaje más:
- un pastor que adora al Niño y le lleva una bota de vino;
- un caminante que asiste al Bautismo de Jesús;
- un invitado de las Bodas de Caná;
- un discípulo que le mira desde lejos, cobarde, llorando al verle morir, sólo, junto a su Madre, en la Cruz,
- uno que se asombra viendo a Pedro hablar muchas lenguas el día de Pentecostés,…
3. Guardas unos segundos de silencio:
Dios habla bajito. Déjale que te hable en el silencio de tu corazón. A lo mejor te quiere decir algo.
4. Luego, en cada misterio, mientras procuras seguir contemplando la escena, rezas:
Un Padrenuestro, la oración al Padre que nos enseñó Jesús.
Diez Avemarías, con las palabras del Arcángel a Santa María y centradas en
el nombre de Jesús.
Un Gloria a la Trinidad: a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo
Es la oración cumbre de la contemplación.
5. Y al final del misterio, una oración, con una petición breve:
Elige la oración que más te guste. Por ejemplo: María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
6. Al terminar los cinco misterios, rezas:
Dios te salve María, Hija de Dios Padre, llena eres de gracia…
Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, llena eres de gracia…
Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres de gracia...
7. Y luego, después de la Letanía, rezas por la persona e intenciones del Santo Padre.
Autor: rezaelrosario.com
PD. La imagen que se encuentra en esta publicación es una guía rápida de cómo rezar el rosario y de misma forma aquí puedes encontrar otra guía para imprimir dando clic aquí.
ORACIONES
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén
AVEMARÍA
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
GLORIA
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
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