Los especialistas definen la creatividad como: “La capacidad de
producir cosas nuevas y valiosas”. Considerando esta definición, se puede
pensar que sólo los artistas y los seres geniales son creativos, pero no es así,
más bien la creatividad tiene que ver con una actitud hacia la vida, una manera
de percibirla, una manera de vivir más que de ser.
Por lo tanto, la creatividad es algo que se puede adquirir y desarrollar.
Se puede ser creativo en la vida diaria, ya que siempre se puede aportar algo
nuevo, o ver las cosas en otra perspectiva, tomar decisiones distintas. En fin,
buscar la creatividad en la rutina y hacer de ésta una experiencia
enriquecedora. Pero, ¿cómo se puede ser creativo?
Quitar estorbos
Es necesario hacer una limpia mental para ser creativos. ¿Qué quiere
decir esto? Deshacerse de todo lo que no permite a la persona pensar o actuar
con claridad.
Muy frecuentemente se tiende a tener prejuicios. En ocasiones, sin
haber entablado siquiera conversación con una persona se le asigna títulos de
flojo, antipático o antisocial, con lo que se evita entablar una relación o un
intercambio de ideas.
Es necesario eliminar también actitudes negativas que suelen haber
hacia los competidores, y que hacen que
se vea a éstos como enemigos. Con ello se establece juicios subjetivos y se
descarta la posibilidad de aprender de ellos. Es conveniente recordar que cada
persona tiene algo que aportar y que de todos se puede aprender.
Actitud positiva
Se diría que hay que dejar de ser pesimista. Una persona positiva saca
provecho de los momentos de crisis en vez de sumirse en la depresión. No hay
que olvidar el dicho popular: “No hay mal que por bien no venga.”
Fuera preocupaciones
“Si tú problema tiene remedio, ¿de qué te preocupas?, y si no lo tiene,
¿de qué te preocupas?” Esta frase, que podría parecer un juego de palabras,
tiene un gran trasfondo. Cuando una persona se encuentra preocupada por un
problema que no está en sus manos resolver, de nada sirve tal preocupación. Es
recomendable analizar los problemas, y en aquellos en que no se tiene
injerencia, no hay que malgastar el tiempo pensando en ellos.
Dejar que los acontecimientos tomen su curso
Como no podemos saber el futuro, y no adivinamos para poder
dirigir el curso de los acontecimientos, hay que ser pacientes y dejar que las cosas
tomen su propio curso. Siempre hay alternativas ante los cambios, y los
creativos pueden visualizarlos mejor, en vez de sentirse derrotados porque las
cosas no salieron como ellos esperaban.
Curiosidad
Es muy importante tener un espíritu curioso, un deseo de conocer y
preguntar, no importa lo que digan los demás. También hay que ser observador
del entorno, poder encontrar la diferencia entre cada atardecer o en cada una
de las cosas que se realiza cada día. El aprendizaje viene a través de los
sentidos y los niños ponen el ejemplo. Basta observar cómo juegan con
plastilina, cómo siguen con atención el curso de las hormigas cuando juegan en
un parque, cómo coleccionan piedras, etc.
Hay que seguir abiertos a utilizar los sentidos. Experimentar sabores
nuevos, sentir la textura de los objetos, escuchar los sonidos de la ciudad y
de la naturaleza, percibir el perfume de las flores, permite mantener vivo el
espíritu descubridor que como niño cada adulto tiene dentro.
¡Póngase metas!
Por último, hay que saber lo que se quiere y entregarse a la tarea
de lograrlo, por el gozo que produce realizar aquello que se ama y se busca.
Hay que recordar que la creatividad no es un destino sino una manera
de lograr los anhelos con una actitud positiva hacia la vida y sólo en el
trabajo llega la inspiración a todos aquellos que han “creado”, mejorado, el
mundo en que vivimos.
Autor:
Magdalena Rodríguez de Mellado en
www.masalto.com
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