Heredad el Reino preparado para vosotros, antes de la creación del mundo
«Cristo devolverá el Reino a su Padre" dice san Pablo (1Co 15,28), no en el sentido, de que renunciará a su poder al entregarle su Reino, sino que seremos nosotros el Reino de Dios, cuando seamos conformes a su gloria... será a nosotros a quién nos devolverá a Dios, después de habernos constituido «Reino de Dios" para glorificación de su cuerpo. Somos nosotros a los que entregará al Padre, como Reino, según lo que se dice en el Evangelio: «Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del Reino que os ha sido preparado desde la creación del mundo».
«Los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre » (Mt 13,43). Porque el Hijo entregará a Dios, como su Reino, a aquellos que han sido invitados, a aquellos a quienes se les ha prometido la bienaventuranza propia de este misterio con estas palabras: "Bienaventurados los límpios de corazón, porque ellos verán Dios" (Mt 5,8)... Cristo entrega a Dios el Reino, y también a aquellos que entrega a su Padre como estando en su Reino ven Dios. El Señor mismo declaró a sus apóstoles, en qué consiste dicho Reino: »El Reino de Dios está dentro de vosotros" (Lc 17,21).
Y si alguno desea saber, quién es el que entrega el Reino, que escuche: «Cristo ha resucitado de entre los muertos, y es primicia de los que han muerto. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección» (1Co 15,20-21). Todo esto se refiere al misterio de su Cuerpo, ya que Cristo es el primer resucitado de entre los muertos... Por consiguiente, todo esto, es para el progreso de la humanidad asumida por Cristo ya que "Dios será todo en todos «(1Co 15,28).
«Los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre » (Mt 13,43). Porque el Hijo entregará a Dios, como su Reino, a aquellos que han sido invitados, a aquellos a quienes se les ha prometido la bienaventuranza propia de este misterio con estas palabras: "Bienaventurados los límpios de corazón, porque ellos verán Dios" (Mt 5,8)... Cristo entrega a Dios el Reino, y también a aquellos que entrega a su Padre como estando en su Reino ven Dios. El Señor mismo declaró a sus apóstoles, en qué consiste dicho Reino: »El Reino de Dios está dentro de vosotros" (Lc 17,21).
Y si alguno desea saber, quién es el que entrega el Reino, que escuche: «Cristo ha resucitado de entre los muertos, y es primicia de los que han muerto. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección» (1Co 15,20-21). Todo esto se refiere al misterio de su Cuerpo, ya que Cristo es el primer resucitado de entre los muertos... Por consiguiente, todo esto, es para el progreso de la humanidad asumida por Cristo ya que "Dios será todo en todos «(1Co 15,28).
Autor: San Hilario (v. 315-367), obispo de Poitiers y doctor de la Iglesia, La Trinidad, 11, 38-39
Consagración
a Cristo Rey
Cristo Jesús, te reconozco como Rey del universo.
Tú has creado todo cuanto existe.
Usa plenamente de tus derechos sobre mí.
Renuevo mis promesas de Bautismo por las
que renuncié a Satanás, a todas sus seducciones
y a todas sus obras. Te prometo vivir como buen
cristiano. Me comprometo especialmente a
colaborar por el triunfo de los derechos de Dios
y de su Iglesia y dilatarlos y afianzarlos por
todos los medios.
Divino Corazón de Jesús, en tus manos pongo mis
insignificantes esfuerzos para que todos los
corazones reconozcan tu sagrada Realeza y se
establezca tu reino de paz en todo el mundo.
Oración
Dios omnipotente y misericordioso, Tú quebrantas
el poder del mal y todo lo renuevas en tu Hijo
Jesucristo, Rey del universo. Que todos en el Cielo
y en la tierra aclamen tu gloria y nunca cesen de
alabarte.
Padre Todopoderoso, guía de amor, Tú hiciste pasar
a Jesucristo nuestro señor de la muerte a la vida,
resplandeciente en gloria como Rey de la creación.
Abre nuestros corazones; libera a todo el mundo
para que gocen de Su paz, glorifiquen Su justicia
y vivan en Su amor. Que toda la humanidad se unifique
en Jesucristo, tu Hijo, que reina contigo y el
Espíritu Santo, Dios por siempre. Amén.
Padre, Dios todopoderoso y eterno, es nuestro deber
saludable darte gracias siempre y en todo lugar.
Tú ungiste a Jesucristo, Tu Único Hijo, con el óleo
de alegría como el Sacerdote eterno y Rey del universo.
Como Sacerdote, Jesús ofreció su vida en el ara de la
Cruz y consumó el ministerio de la Redención humana
por este sacrificio perfecto de paz.
Como Rey, Jesús ha poder sobre la creación entera
para que presentara a Ti, su Padre todopoderoso,
el Reino eterno y universal: el Reino de la verdad
y vida, el Reino de la santidad y gracia, el Reino
de la justicia, amor y paz.
Por eso, con todos los coros celestiales,
proclamamos tu gloria y nos unimos a su himno
perpetuo de alabanza.
Tú has creado todo cuanto existe.
Usa plenamente de tus derechos sobre mí.
Renuevo mis promesas de Bautismo por las
que renuncié a Satanás, a todas sus seducciones
y a todas sus obras. Te prometo vivir como buen
cristiano. Me comprometo especialmente a
colaborar por el triunfo de los derechos de Dios
y de su Iglesia y dilatarlos y afianzarlos por
todos los medios.
Divino Corazón de Jesús, en tus manos pongo mis
insignificantes esfuerzos para que todos los
corazones reconozcan tu sagrada Realeza y se
establezca tu reino de paz en todo el mundo.
Oración
Dios omnipotente y misericordioso, Tú quebrantas
el poder del mal y todo lo renuevas en tu Hijo
Jesucristo, Rey del universo. Que todos en el Cielo
y en la tierra aclamen tu gloria y nunca cesen de
alabarte.
Padre Todopoderoso, guía de amor, Tú hiciste pasar
a Jesucristo nuestro señor de la muerte a la vida,
resplandeciente en gloria como Rey de la creación.
Abre nuestros corazones; libera a todo el mundo
para que gocen de Su paz, glorifiquen Su justicia
y vivan en Su amor. Que toda la humanidad se unifique
en Jesucristo, tu Hijo, que reina contigo y el
Espíritu Santo, Dios por siempre. Amén.
Padre, Dios todopoderoso y eterno, es nuestro deber
saludable darte gracias siempre y en todo lugar.
Tú ungiste a Jesucristo, Tu Único Hijo, con el óleo
de alegría como el Sacerdote eterno y Rey del universo.
Como Sacerdote, Jesús ofreció su vida en el ara de la
Cruz y consumó el ministerio de la Redención humana
por este sacrificio perfecto de paz.
Como Rey, Jesús ha poder sobre la creación entera
para que presentara a Ti, su Padre todopoderoso,
el Reino eterno y universal: el Reino de la verdad
y vida, el Reino de la santidad y gracia, el Reino
de la justicia, amor y paz.
Por eso, con todos los coros celestiales,
proclamamos tu gloria y nos unimos a su himno
perpetuo de alabanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario