Te Diré Lo Que Es Amor
Cuando el amor está obrando
lo que tiene obligación;
si flaquea, si se cansa,
si desmaya...no es amor.
Cuando el amor está orando
con amorosa atención,
si decae, si se entibia,
si se inquieta...no es amor.
Cuando en sequedad padece
tormenta de una opresión,
si no sufre, si no es firme,
si se queja...no es amor.
Cuando el Amante se ausenta
y le deja en la aflicción,
si se acobarda y se turba,
si se abate...no es amor.
Cuando la piedad divina
dilata la petición;
si no cree, si no espera,
si no aguarda...no es amor.
Cuando tiene de sí mismo
-el amor- satisfacción
de que ama, de que adora,
de que sirve...no es amor.
Cuando en la adversa fortuna
y en toda tribulación
no es humilde, no es alegre,
no es afable...no es amor.
Cuando favores recibe
en una y otra porción,
si los quiere, si los toma,
si le llenan...no es amor.
Y pues nada de lo dicho
se llama amor, con razón;
pregunto, corazón mío,
¿no me dirás que es amor?
Amor es un dulce afecto del alma para con Dios
que termina en caridad
comenzando en dilección.
Si deseas padecer
por quien tanto padeció
y en el padecer te alegras
y en la cruz...esto es amor.
Si en este mundo apeteces
vivir en humillación
y que todos te desprecien
por Jesús...esto es amor.
Si no apetece alabanzas
y cuando le dan loor
lo refiere confundido
a su Amado...esto es amor.
Si en medio de adversidad
persevera el corazón
con gozo y serenidad
y paz...esto es amor.
Si a su voluntad en todo
contradice con tesón
posponiéndola a la ajena
por obediencia...esto es amor.
Si las dulzuras que advierte
cuando está en contemplación
sabiendo no merecerlas
las renuncia...esto es amor.
Si conoce su bajeza
y la grandeza de Dios
y despreciándose a sí
a Dios exalta..esto es amor.
Si se ve igualmente alegre
en gozo que en aflicción
y ni penas ni contentos
la entibian...esto es amor.
Si se mira traspasada
de agudísimo dolor
al contemplar a su Amado
ofendido...esto es amor.
Si desea eficazmente
que cuantas almas crió Dios
se salven...esto es amor.
Y, en fin, si cuanto produce
su pensar, su obrar, su voz
quiere que sea en obsequio
de su Amado Salvador...esto es amor.
Cuando el amor está obrando
lo que tiene obligación;
si flaquea, si se cansa,
si desmaya...no es amor.
Cuando el amor está orando
con amorosa atención,
si decae, si se entibia,
si se inquieta...no es amor.
Cuando en sequedad padece
tormenta de una opresión,
si no sufre, si no es firme,
si se queja...no es amor.
Cuando el Amante se ausenta
y le deja en la aflicción,
si se acobarda y se turba,
si se abate...no es amor.
Cuando la piedad divina
dilata la petición;
si no cree, si no espera,
si no aguarda...no es amor.
Cuando tiene de sí mismo
-el amor- satisfacción
de que ama, de que adora,
de que sirve...no es amor.
Cuando en la adversa fortuna
y en toda tribulación
no es humilde, no es alegre,
no es afable...no es amor.
Cuando favores recibe
en una y otra porción,
si los quiere, si los toma,
si le llenan...no es amor.
Y pues nada de lo dicho
se llama amor, con razón;
pregunto, corazón mío,
¿no me dirás que es amor?
Amor es un dulce afecto del alma para con Dios
que termina en caridad
comenzando en dilección.
Si deseas padecer
por quien tanto padeció
y en el padecer te alegras
y en la cruz...esto es amor.
Si en este mundo apeteces
vivir en humillación
y que todos te desprecien
por Jesús...esto es amor.
Si no apetece alabanzas
y cuando le dan loor
lo refiere confundido
a su Amado...esto es amor.
Si en medio de adversidad
persevera el corazón
con gozo y serenidad
y paz...esto es amor.
Si a su voluntad en todo
contradice con tesón
posponiéndola a la ajena
por obediencia...esto es amor.
Si las dulzuras que advierte
cuando está en contemplación
sabiendo no merecerlas
las renuncia...esto es amor.
Si conoce su bajeza
y la grandeza de Dios
y despreciándose a sí
a Dios exalta..esto es amor.
Si se ve igualmente alegre
en gozo que en aflicción
y ni penas ni contentos
la entibian...esto es amor.
Si se mira traspasada
de agudísimo dolor
al contemplar a su Amado
ofendido...esto es amor.
Si desea eficazmente
que cuantas almas crió Dios
se salven...esto es amor.
Y, en fin, si cuanto produce
su pensar, su obrar, su voz
quiere que sea en obsequio
de su Amado Salvador...esto es amor.
(Santa Teresa de Avila)
De todo esto saco unas conclusiones:
1- Ofrecerle lo mejor de mi vida y de mi amor como
perfume precioso y de mucho valor.
2- Creer que mi vida ofrecida a El día a día es
valiosísima a sus ojos y a su corazón.
3- Creer que mi vida se va consumiendo como esas lámparas
en las Iglesias, en continua adoración a Dios.
Tu vida es preciosa: no te la reserves para ti, sino
dásela a Dios
Autor: Padre
Antonio Rivero L.C.
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