Mateo 7,
15-20
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces
de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol
bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no
puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo
árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus
frutos los reconoceréis.
Reflexión
Un amigo puede
ser solo por conveniencia o de verdad. Esos últimos escasean, porque es difícil
ser un buen amigo en el sentido profundo de la palabra. Sino es fácil reconocer
al mejor amigo, en las dificultades.
Así es también en el caso de los buenos
cristianos, ellos se reconocen por sus frutos. Si quieres ser un buen cristiano
tienes que vivir fielmente lo que Cristo nos ha encomendado en los
mandamientos, y principalmente lo que nos pidió en la última cena, que es amar
a todos los hombres como Dios nos ha amado.
Es una tarea ardua, porque no se
puede conseguir de un día para otro, sino con el trabajo de todos los días, y
la abnegación de uno mismo para agradar a los demás.
Pidamos a Dios que nos dé
la gracia de ser verdaderos cristianos al vivir el mandamiento de la caridad
hasta sus últimas consecuencias, sólo por amor a él.
Autor: P Juan
Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.net
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