lunes, 20 de agosto de 2012

LOS ANGELES CUSTODIOS



San Bernardo explicó durante una Cuaresma, en 17 sermones, el salmo 90. Ya en la Introducción nos dice que hace la explicación de este salmo, "de donde el enemigo tomó ocasión para tentar al Señor, a fin de que sean quebrantadas y deshechas las armas del Maligno con lo mismo que él maliciosamente quería formarlas" (cf. BAC Obras selectas p.358). Damos la síntesis del sermón 12, en el que el Santo explica el versículo 11 aducido por el tentador en el desierto: Porque El mandó a sus ángeles cuidasen de ti y te guardasen en todos tus caminos (cf. Serm. 12 sobre el salmo 90 en Obras selectas p.413 ss. [BAC, Madrid I947]. El texto latino puede verse en PL 183,221 ss).

A) Bondad de Dios en enviar a sus ángeles como custodios

"¡Qué lección, hermanos, qué amonestación, qué consolación tan grande nos ofrecen estas palabras de la Escritura! ¿Qué salmo, entre todos los demás, esfuerza tan magníficamente a los pusilánimes, despierta a los negligentes, enseña a los ignorantes? Por eso dispuso la Providencia divina que especialmente en este tiempo de la Cuaresma tuviesen sus fieles de continuo en su boca los versículos de este salmo. No parece haberse tomado pie para ello sino del abuso que de este salmo hizo el diablo, para que en esto mismo aquel malicioso siervo sirva a los hijos de Dios, aunque a pesar suyo"...

Esta preocupación de Dios por el hombre manifiesta de modo extraordinario su misericordia. San Bernardo habla así a Dios: "Aplicas a él (al hombre) tu corazón y solícito lo cuidas. En fin, le envias tu Unigénito, diriges a él tu Espiritu, le prometes tu gloria. Y para que nada haya en el cielo que deje participar en nuestro cuidado, envías a aquellos bienaventurados espiritus a ejercer su ministerio para bien nuestro, los destinas a nuestra guarda, les mandas sean nuestros ayos. Poco era para ti haber hecho ángeles tuyos a los espiritus; háceslos también ángeles de los pequeñuelos, pues escrito está: Los ángeles de éstos están viendo siempre la cara del Padre (Mt 18,10). A estos espíritus tan bienaventurados háceslos ángeles tuyos para con nosotros y nuestros para contigo".
Para considerar mejor la bondad de Dios, conviene pensar:

a) QUIÉN MANDA A LOS ÁNGELES

"La suma majestad mandó a los ángeles, y mandó a los ángeles suyos, a aquellos espiritus tan sublimes, tan dichosos, tan próximos, tan inmediatos a El, tan familiarmente allegados a El y verdaderamente de su casa".

b) PARA QUIÉNES LOS MANDÓ

"Mandólos a ti ¿Quién eres tú, Señor, y quien es el hombre para que pongas en él tu corazón o el hijo del hombre para que tanto le aprecies? ¡Como si el hombre no fuera corrupción y él hijo del hombre un gusano!"

c) QUÉ LES MANDÓ

"¿Quizás escribió contra ti amarguras? ¿Acaso les mandó que muestren su poder contra esta hoja que arrebata el viento, y que persigan esta paja seca? ¿O que quiten de delante al impío, para que no vea la gloria de Dios? Esto se ha de mandar algún día, pero no está todavía mandado"...

"Por donde vemos en el Evangelio que, disponiéndose los criados a recoger al punto la cizaña sembrada después del trigo, el providente Padre de familia les dice: Dejad que ambos crezcan hasta la siega..., no sea que, al querer arrancar la cizaña, arranquéis con ella el trigo (Mt. 13, 29-30). Mas ¿cómo el buen grano se podrá conservar hasta el tiempo de la recolección? Este es precisamente el objeto del mandato que Dios ha impuesto a sus ángeles para mientras vivamos en la tierra"...

B) Servicio que prestan al hombre

"A sus ángeles les mandó te guarden. ¡Oh tú, que eres trigo entre cizaña, grano entre paja, lirio entre espinas! Demos gracias a Dios, hermanos míos, démosle gracias por mí y por vosotros. Un precioso depósito me había encomendado, que es el fruto de su cruz y el precio de su sangre. Mas no se contentó con esta custodia tan poco segura, tan poco eficaz, tan frágil, tan deficiente; por lo cual puso de guardianes a los ángeles custodios sobre los muros del alma. Y cierto, aun aquellos que parecen muros inexpugnables necesitan de estas defensas"

C) Nuestra correspondencia con los ángeles

"A sus ángeles mandóles guardarte en todos tus caminos. ¡Cuánta reverencia debe infundirte, cuánta confianza debe darte! Reverencia por su presencia, devoción por su benevolencia, confianza por su custodia".

a) REVERENCIA

"Anda siempre con toda circunspección, como quien tiene presente a los ángeles en todos tus caminos. En cualquier parte, en cualquier lugar, aun el más oculto, ten reverencia al ángel de tu guarda. Y ¿cómo te atreverías a hacer en su presencia lo que no harías estando yo delante?".'

b) DEVOCIÓN

Aunque Dios tiene mandado que a El se dé todo honor y toda gloria, sin embargo, "no debemos ser ingratos con aquellos que le obedecen con tanto amor y nos amparan en tanta indigencia. Seamos, pues, devotos, seamos agradecidos a su amor, honrémosles cuanto podamos, cuanto debemos. Mas todo amor y honor deben ir dirigidos a aquel Señor de cuya mano, así ellos como nosotros, recibimos el poderle amar y honrar y merecer ser amados y honrados .

Este amor a los ángeles no está prohibido, ni es en detrimento del amor de Dios; los dos se compaginan perfectamente. Dios, que exige el amor a El con toda la mente, y con todo el corazón, y con todas las fuerzas, nos manda amar a todas las cosas para que en ellas le honremos y amemos a El. "En El, pues, hermanos míos, amemos afectuosamente a sus ángeles como a quienes han de ser un día coherederos nuestros, siendo por ahora abogados y tutores puestos por el Padre y colocados por El sobre nosotros. Ahora somos hijos de Dios, aunque todavía no se manifiesta lo que seremos; por cuanto, siendo todavía párvulos, estamos bajo abogados y tutores, sin diferir ahora en nada de los siervos".

c) CONFIANZA

"Mas aunque somos tan pequeños y nos queda aún tan largo, y no sólo tan largo, sino tan peligroso camino, ¿qué temeremos teniendo tales custodios? Ni pueden ser vencidos ni engañados, y mucho menos pueden engañar los que nos guardan en todos nuestros caminos. Fieles son, prudentes son, poderosos son. ¿De qué temblamos? Solamente sigámosles, juntémonos a ellos, y perseveraremos bajo la protección del Dios del cielo..."

"No permitirán que seas tentado por encima de tus fuerzas, sino que te llevarán en sus manos para que evites los tropiezos..."

"Siempre, pues, que vieres levantarse alguna tentación o amenazar alguna tribulación, invoca a tu guarda, a tu conductor, al protector que Dios te asignó para el tiempo de la necesidad y de la tribulación. Dale voces y dile: ¡Sálvanos, Señor, que perecemos! (Mt. 8,25). No duerme ni dormita, aunque por breve tiempo disimule alguna vez; no sea que con mayor peligro te precipites de sus manos, si ignoras que ellas te sustentan. Espirituales son estas manos, como también lo son los auxilios que a cada uno de los elegidos prestan, según sea el peligro y la dificultad que han de superar más o menos grande".

domingo, 19 de agosto de 2012

Dios está de moda



En medio de un laicismo y un relativismo que afecta a continentes enteros como Europa, y a pocas semanas para la inauguración de la Asamblea especial de los Obispos sobre la Nueva Evangelización, monseñor Francisco Gil, arzobispo de Burgos, reflexiona sobre este fenómeno sacando a la luz casos que son un verdadero retorno al tema de Dios.

A continuación el texto íntegro de su mensaje.

*****

Alguien podía pensar que la historia de los grandes conversos es agua pasada. La realidad es muy distinta. Las letras francesas, por ejemplo, siguen las huellas de Paul Claudel, Péguy o Mauriac y cada vez son más frecuentes las novelas y ensayos que tienen como protagonista la fe cristiana. Siguiendo el sendero de escritores de tanta talla como Tournier o Decoin, está surgiendo una nueva generación de autores creyentes, cuyas obras literarias y filosóficas buscan la concordancia con el mensaje evangélico.

Más aún, autores como Sylvie Germain, están viendo que sus obras comienzan a seducir en la laica Francia y más allá de las fronteras galas, según recogía recientemente el diario italiano Avvenire. En las páginas de Le Figaro, Francois Tallandier, otro talentoso escritor de la nueva literatura francesa, ha explicado las razones de su silenciosa conversión al catolicismo, tras largos años de profundo escepticismo. «Quizás por el esplendor de Bourges, que daba alas a Stendhal para ser cristiano. Quizás por la modesta dulzura de la iglesia románica de Ennezat. Quizás porque un día, oyendo pronunciar la palabra ‘católico’ con el desprecio de quien no necesita más razones, me he cansado y he dicho abiertamente: ‘Soy católico’».

El itinerario creativo de F. Hadjadj es también una referencia en la cultura francesa. Este escritor e intelectual judío, se ha convertido al catolicismo después de una larga fase de ‘nihilismo’. En un ensayo analiza con ironía y pasión su indiferencia hacia la muerte de las sociedades de Occidente, mientras llama a la alegría fundada en las razones que aporta la fe. El mismo Dactec, intelectual excéntrico y controvertido, se ha atrevido a gritar en público que «no hay futuro para la humanidad fuera de Cristo».

Son algunos ejemplos de ese cada vez más numeroso grupo de conversos que están llegando al catolicismo y -lo que quizás llama aún más la atención- que no tienen ningún complejo para declararlo. Ellos me traen a la mente personajes históricos de tanto relieve como Tertuliano, el más brillante abogado de Cartago; san Cipriano, igualmente brillante abogado convertido en plena madurez; y el sin igual san Agustín. Más próximos a nosotros, la italiana Alexandra Borghese y la española María Nájera.

Sin que sea una conversión en sentido estricto, no deja de llamar la atención el caso de Akiko Tamura. Tiene treinta y siete años y una brillante carrera a sus espaldas como cirujana torácica en la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra. Tras hacer sus primeras prácticas en la Universidad de Harvard y ampliar su especialidad en el Hospital de Massachussets, aterrizó en Pamplona y alcanzó un gran prestigio profesional. El último Jueves Santo –lo ha contado ella misma en una entrevista al diario ABC- «iba en mi coche tan tranquila y de repente, en medio de mi corazón noté claramente que Dios me pedía ser carmelita descalza. Ni oí voces ni visiones, sólo sentí una paz y un amor de Dios bestial». Nunca se me hubiera ocurrido «meterme monja en un convento», añade, pero «es el plan de Dios». Efectivamente, acaba de ingresar como carmelita descalza en el convento de Zarautz.

Sin salir de nuestra diócesis, las religiosas de Iesu Communio podrían contarnos muchos casos parecidos. No pocas han dejado su profesión de ingenieras, arquitectas o médicos y locas de contento vistiendo un tosco y sencillo hábito. Sin entrar en los muros de un convento, cuántos profesionales de prestigio, estudiantes de primero de carrera, amas de casa o chicos y chicas han descubierto en medio de la calle –donde siguen- la verdad de lo que decía con convicción santa Teresa de Jesús: «Sólo Dios basta». En el fondo, ésta es la razón por la que vienen a la fe tantos profetas y apóstoles del nihilismo o el escepticismo, o salen del letargo religioso tantos creyentes tibios, convirtiéndose en verdaderos creyentes y apóstoles.

Autor: + Francisco Gil Hellín en ZENIT - Dios está de moda

sábado, 18 de agosto de 2012

LA MISIÓN, POR EL AMOR DE DIOS EN TODO EL MUNDO, ES UNA FORMA DE VIDA DIARIA



Es un llamado a la humanidad. Es también un llamado a los católicos del mundo, especialmente a aquellos que se encuentran en  las naciones históricamente católicas del mundo.  Es un llamado para unirnos como una sola voz y acabar con el silencio de los hijos de Dios elegidos para estos tiempos.

Es un llamado a convertirnos en ejemplos y testigos a través de nuestras vidas diarias de la existencia de Dios, de Su amor por nosotros y para declarar que somos Sus hijos.  Para aquellos que son católicos, esto debe ser apoyado diariamente a través de los dones sacramentales dados a la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica.

Esta Misión, igual que San Juan Bautista, llama a las personas que viven en el pecado.   Aquellos países y pueblos que, a través de sus leyes, moral y valores, están abandonando a Dios y Sus Mandamientos; y aquellos que están abandonando su propia naturaleza humana.


Esta Misión es apoyada por cuatro piedras angulares: Consagración / una Alianza con Dios, Conversión / cambio personal, Oración Desde El Corazón / La Pasión de Cristo dentro del Rosario y Buenas Obras / La primera campaña de La Misión--es su plan de tres años.

La Misión es un producto del Antiguo y Nuevo Testamento, especialmente los Diez Mandamientos, las Promesas de Dios y las enseñanzas de nuestro Señor Jesús.

La Misión tiene tres niveles dentro de su estructura--Los ParticipantesLos Consagrados-- y—Los Fieles Consagrados.

La Primera campaña de la Misión es su  plan de tres años dentro de cada uno de los países donde se encuentra--El primer año - la Conversión y la Paz de los países y su gente--El segundo año - ayudar en la lucha contra el Aborto.-- El tercer año – crear conciencia y comprensión de los efectos devastadores de Los Pecados de la Carne y comenzar  programas en  todas las áreas para legislar contra estas ofensas cometidas contra Dios.

La patrona de La Misión es Nuestra Señora de Guadalupe, la Emperatriz y Protectora de Las Américas y La Luz de la Nueva Evangelización (Papa Juan Pablo II).  Su patrono es San José, Guardián de la Iglesia y Símbolo de la Paternidad.  La Misión pide la intercesión de  San Miguel y los Coros de Ángeles, los Patriarcas y Profetas del Antiguo Testamento y un número de Santos con quienes La Misión se ha identificado.

Autor:Rick Miller

viernes, 17 de agosto de 2012

Mi sangre es verdadera bebida






 Después de haber cumplido las palabras de la Escritura,
Y entregado al Padre tu espíritu,
cuando el soldado te traspasó con la lanza,
de tu sagrado costado brotó una fuente (Jn 19,34):
Agua para lavar en la fuente sagrada del bautismo,
sangre para beber en el misterio de la eucaristía,
por la herida de la que nació del costado de Adán (Gn 2,21),
por la que el primer hombre pecó.

Yo que estoy constituido por una carne marcada por el pecado original
y por una sangre amasada en el polvo (Gn 2,7),
me lavaste con el rocío de tu costado.
y después, volví a caer en el pecado.
No permitas que permanezca  allí,
Si no dígnate lavarme de nuevo;
y si no me concedes esta gracia,
por lo menos que riegue con lágrimas mis pecados.

Abre mi boca al torrente
de sangre sagrada que fluye por tu costado,
como el niño a la ubre
que tira hacia él el pecho de su madre,
para que beba el gozo
y exulte en el Espíritu Santo,
y para que se vuelva gustoso el sabor de esta copa
de vino de amor inmaculado sin mezcla...

Tú que eres el presente eterno del hombre efímero,
A Tí que te reclamo como presente ,
Tú que eres dador de presentes para las criaturas,
mortales e inmortales...

Concédeme  tu persona como don de la gracia,
Tú que distribuyes a todos la vida.

Autor: San Nersès Snorhali (1102-1173)

jueves, 16 de agosto de 2012

La obediencia




La verdadera y perfecta obediencia de los súbditos hacia el superior, se manifiesta en que, detrás del consejo del superior, no solamente se huye de todo mal, sino que sin su aprobación no se hace aquello que puede ser deseable. Mortificación y abstinencia al cuerpo es útil, pero quien va detrás de sus propias inclinaciones, hace lo que le parece y no escucha el consejo del superior, para el es antes una transgresión que un mérito, porque: "En consecuencia, el que resiste a la autoridad se opone al orden establecido por Dios, atrayendo sobre si la consideración" (Rm. 13:2). Por eso la virtud de la obediencia tiene mas mérito la continencia.

El orden y la armonía en cada comunidad permanece tanto tiempo, cuanto mas permanece la obediencia de los miembros a su superior, y cada desorden y caos en el gobierno de la comunidad origina anarquía por la incapacidad del que manda. Entre la gente hay diferentes actitudes, porque no todos piensan de la misma manera lo que es necesario. Por eso para que no haya desorden y discordia, para que cada uno no viva por su propia voluntad, hace falta que aquel que manda supere por sabiduría, respeto y santidad de vida para ser moderador y superior de los demás... Cuando uno es nombrado para superior, entonces allí reemplaza la propia voluntad por sobre los demás y todos se someterán a la elegida y mejor voluntad, según los consejos del Apóstol que enseña: "El que resiste a la autoridad se opone al orden establecido por Dios, atrayendo sobre si la condenación" (Rm. 13:12).

Ante todo es necesario, que aquel que se somete a esta forma de vida, tenga fuerte, perseverante e inamovible propósito y voluntad, que no se puede ser variable, debilitado por el espíritu maligno; el tiene que demostrar la firmeza de los mártires con la fuerza del espíritu hasta la muerte; el, con esta firmeza, tiene que permanecer fiel a los mandamientos de Dios y ser obediente a los superiores; esto es pues en esta vida la mas importante causa. Porque como Dios, siendo Padre de todos quiso que todos lo llamaran Padre, exige de sus siervos la mas perfecta obediencia, así, el padre espiritual entre la gente, cumpliendo sus ordenes, según el mandamiento de Dios obliga a una incondicional obediencia.

El mismo Hijo único de Dios, Señor nuestro, Jesucristo, por el cual todas la cosas existen dice: "Porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la de Aquel que me envío" (Jn. 6:28).

Es cosa admirable obedecer en todo cuando el Apóstol alaba a aquellos, que "ellos mismos primero e entregaron al Señor y luego a nosotros por voluntad de Dios."

Autor: San Basilio el Grande

miércoles, 15 de agosto de 2012

Renuncia





Renuncia

Quien ama a Dios, huye de todo lo terrenal; se dirige a Dios con todo su corazón y se aleja de las concupiscencias que lo tientan a la inmoderación: el persevera en el ejercicio que conduce a las virtudes.

Una tal renuncia comienza con el abandono de las cosas externa: propiedad, gloria falsa, costumbres humanas y apego a todas las cosas necesarias... Quien sinceramente desea ir detrás de Cristo, no puede preocuparse por las cosas que son necesarias para esta vida. No puede pensar en el amor de sus padres y parientes, cuando ellos son impedimentos al amor de Dios... Cristo muy claramente hablo sobre esto que no deja espacio a cualquier justificación o duda...

Además, es imposible, para quien quiere cumplir como corresponde sus obligaciones, cuando su pensamiento esta ocupado con toda las preocupaciones, como dijo Cristo: "Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amara al otro, o bien, se interesara por el primero y menospreciara al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero" (Mt. 6:24).

Nosotros tenemos que elegir solo una cosa: el tesoro celestial, sobre el cual nosotros ponemos todo nuestro corazón, porque: "Allí donde este tu tesoro, estará también tu corazón" (Mt. 6:21). Por eso quien de nosotros se preocupa por la posesión personal de alguna riqueza temporal, allí nuestro entendimiento sin querer se entierra en eso, como en un pozo; y nuestra alma no puede elevarse a la vida divina. Tal alma permanece insensible a las aspiraciones de la riqueza eterna y al prometido premio en el cielo. Y a estas riquezas es imposible abandonarlas de otra manera, sino con el continuo e insistente deseo de abandonarlas, y de liberarnos de todas las preocupaciones. Entonces la renuncia es cortar todas las ataduras de la persona con cosas materiales y su actual forma de vida, es liberación de todas las obligaciones familiares. Eso nos permite mas fácilmente caminar por ese camino que lleva a Dios y sin condición, obligación para obtener la riquisima esposa (Sal. 18:11) En una palabra, la renuncia al mundo es la transformación del corazón humano en la forma de vida celestial, según las palabras del Apóstol: "En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y esperamos ardientemente que venga de allí como Salvador el Señor Jesucristo" (Flp. 3:20). Lo mas importante, es el comienzo de la imitación y semejanza a Cristo, que: "Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza" (2 Co. 8:9). Sin una tal renuncia, es imposible para nosotros llegar a aquella forma de vida, que se conformaría al Evangelio de Cristo. Porque entre riquezas y preocupaciones humanas, entre ataduras al mundo y costumbres humanas no se puede conseguir un corazón compungido, humilde, libre de iras, de tristezas, de preocupaciones y en general de todos los peligros y agitaciones del alma.

La pobreza evangélica

Según las palabras del Señor, no es conveniente ser rico, sino pobre: no juntar riquezas en la tierra sino en el cielo. Indiferente y sana actitud hacia la riqueza es servirse de ella conforme a los mandamientos: esto para nosotros es útil en muchos casos, ante todo para purificar el alma de los pecados.

Nuestra mayor suerte ni es pues, la abundancia en cosas temporales, sino que nosotros somos llamados a coparticipar en los verdaderos y eternos bienes.

Los ascetas primeramente acumulan los bienes del reino prometido, porque con todas sus virtudes, con su forma de vida y su unión, ellos representan fielmente el reflejo de la forma de vida en el cielo, ellos viven sin nada propio, no tienen nada propio, todo es en común.

Por cosa propia no se tenga en consideración: ni vestido, ni cosas de la cocina, ni alguna otra necesaria para la vida. Sean pues todas estas cosas al servicio de la necesidad. Tener algo como propietario, contradice a las afirmaciones de los Hechos de los Apóstoles, conde esta escrito: "La multitud de los creyentes tenia un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos" (Hch. 4:32). Pues, cuando llama a algo suyo, se aleja de la Iglesia de Dios y del amor de Cristo quien nos enseño con la palabra y con el ejemplo dar su vida por sus amigos (Jn. 15:13). Pues, cuando la vida hay que dar por los demás, entonces, cuanto mas los cosas presentes.

Autor: San Damian el Grande

martes, 14 de agosto de 2012

Vida común






La vida común corresponde mejor a la naturaleza humana

En primer lugar ninguno de nosotros puede ser suficiente para si mismo, tanto en las cosas materiales como en las corporales.  Nosotros dependemos uno del otro en todas las cosas que necesitamos. Dios, nuestro Creados, ya así había establecido, que unos necesitasen de otros para que mutuamente se ayudaran, y fuéramos entre nosotros unidos, como esta escrito: 

"Todo lo que vive ama a su semejante, y cada hombre, a su prójimo, cada cuerpo a su naturaleza se une, y el hombre se acomoda a su semejante."

La vida común facilita el cumplimiento de los mandamientos de Cristo

Cuando varias personas viven juntas, entonces para ellas es mas fácil cumplir la mayoría de los consejos de Cristo... Y a quien en cambio, vive en la completa soledad no le es fácil conocer sus defectos, porque no tiene quien los advierta; para con amor y mansedumbre correjirlos ... Entonces a menudo se cumple la palabra de la Sagrada Escritura: "Escucha, hijo mío, recibe mis palabras y los años de tu vida se multiplicaran" (Pr. 4:10). Así entonces no se puede abandonar el mas importante mandamiento que esta orientado directamente a la salvación, cuando no se da de comer al hambriento o no se da el vestido al desnudo. En esta forma de vida, además de esto, falta el ejercicio de las virtudes, porque la persona no conoce sus defectos ni su comportamiento, prácticamente, esta alejada de cualquier posibilidad de observar los mandamientos. Como podrá aquella persona demostrar su humildad, cuando no tiene la posibilidad de humillarse ante otro? A quien demostrara su misericordia, cuando ella rompió toda relación con las personas? Como podrá ejercitar la paciencia, cuando nadie le contradice a causa de los defectos?

Vida común

- signo de la unidad de la Iglesia Siendo llamados a una sola Esperanza, nosotros todos formamos un solo cuerpo, del cual Cristo es la cabeza y todos nosotros somos entre si miembros. Entonces si no estamos ligados por el amor en una comunidad en el Espíritu Santo, entonces, cada uno de nosotros elige su forma de vida, pero no la que es deseada por Dios, es decir: el servicio a todos los necesitados en común.

En cambio si cada uno atendiera sus propios intereses, su amor propio, como entonces se podría conservar una comunidad, el amor y la mutua colaboración? Como entonces podremos demostrar la obediencia a la Cabeza-Cristo, cuando entre nosotros existe la división y la desunión? Como entonces se puede alegrar con los exaltados, sentir con los que sufren, cuando cada uno está solo... y no tiene la posibilidad, como corresponde, de conocer las necesidades del prójimo?

En la vida común se aprovechan los carisma de los otros

Uno solo no puede tener todos los carisma espirituales, sino que a cada uno fue dado alguno según el don del Espíritu Santo, en la medida de la fe (Rm. 12:6). En la vida común, pues, los dones particulares son para todos: "El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro la fe, también en el mismo Espíritu, de hacer milagros; a uno, el don de la profecía, a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a este el don de las lenguas; a aquel el don de interpretarlas" (1 Co. 12:8-10). Cada uno de estos dones, recibe el hombre no para si, sino para los demás.

La fuerza del Espíritu Santo esta en que cada uno comunique la cantidad para todos. En la vida común dada uno tiene la posibilidad de servirse de su don, compartiendo con los demás. Así entonces cada uno recoge el fruto de los ajenos dones, como si fueran suyos.

La vida común

- Imitación de los primeros cristianos. La vida común refleja aquella virtud de los Santos de los cuales narran los Hechos de los Apóstoles: "Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común" (Hch. 2:44).

De esto resulta pues, que entre ellos (los primeros cristianos) no existía la misma separación y nadie de ellos vivía por su propia voluntad. A todos unía una misma preocupación, y no había división de voluntad y ciertamente, hablando con lenguaje humano, en todos había mas de un impedimento para la unión.
Vida común

- cumplir las obligaciones en común. Aquellos que viven en vida común, tienen que estar unidos en el amor de Jesucristo, como muchos miembros en un solo cuerpo. El Apóstol dice: "pero todos debe hacerse con decoro y ordenadamente" (1 Co. 14:40). Pues por ese yo pienso que solamente esta forma de vida puede llamarse "mas hermosa y digna" cuando en ella se conserva aquel orden, como existe entre los miembros del cuerpo; uno cumple el servicio del ojo... el otro tiene la función de la oreja o de las manos y así sucesivamente. Para eso, es necesario recordar esto: cuando algún miembro no cumple su obligación y no sirve a otro, entonces a todos los miembros amenaza el peligro... así lo mismo cada negligencia del superior o del súbdito trae dificultades...esto es lo mismo que cuando la mano o el pie no quieren servir a las ordenes del ojo.

Vida común

- Servir a Cristo Todos los que cumplen cualquier servicio al hermano, tendrán que hacerlo con todo fervor por todos, como si lo hicieran no a las personas, sino al mismo Cristo, que con gran misericordia recibe para si todo lo que hacemos a las personas ofrecidas a El. Por esto El prometio el Reino celestial: Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: vengan benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reina que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber; estaba de paso, me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo y me visitaron; preso, y me vinieron a ver. Los justos le responderán: Señor, cuando te vimos hambriento, y te dimos de comer; desnudo, y te vestimos?. Cuando te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte? Y El les responderá: "Les aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos mas pequeños, conmigo lo hicisteis" (Mt. 25:34-40). Pues entonces reciben el premio por su celo aquellos que responsablemente cumplen sus obligaciones; y así el juicio eterno exigirá mas a los indiferentes o a aquellos que con poca diligencia y actividad han cumplido el servicio para ser dignos del nombre de hermano de Cristo, según las palabras: "Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que esta en el Cielo ese es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Mt. 12:50). Con que disponibilidad tenemos que servir a nuestro hermano? Tenemos que servirle de tal manera como si sirviéramos al mismo Dios, que dijo: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el mas pequeño de mis hermanos lo hicieron conmigo" (Mt. 25:40).

Autor: San Basilio el Grande