¡Yo creo en
ti! ¡Jamás te abandonaré! Menos aún lo haría tu Padre, quien siempre está a tu
disposición para ayudarte a transformar las grandes preocupaciones en tus
mayores bienes. Ahora dispones de una prueba más de nuestro amor por ti.
¿Para qué perderte en la desesperanza? Ya que, si has recibido amor, tienes amor dentro de ti. Y teniendo amor lo puedes entregar. Y si lo puedes dar, entonces la felicidad está al alcance de tus manos; la tienes a tu lado, y también dentro de ti.
¿Para qué perderte en la desesperanza? Ya que, si has recibido amor, tienes amor dentro de ti. Y teniendo amor lo puedes entregar. Y si lo puedes dar, entonces la felicidad está al alcance de tus manos; la tienes a tu lado, y también dentro de ti.
Autor:
Eduardo Armstrong
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