«Entre vosotros está uno que no conocéis: él viene detrás de mí»
"Yo bautizo con agua, pero entre vosotros hay uno que no
conocéis». No está en espíritu, sino en el agua que Juan bautiza.
Incapaz de perdonar los pecados, lava con agua el cuerpo de los
bautizados, pero no se lava el espíritu para el perdón. Entonces, ¿por
qué bautizar, si no se limpian los pecados por su bautismo? ¿Por qué, si
no permanecería en su papel de precursor? Al igual que al nacer,
precedió al Señor que iba a nacer, también lo precedió, al bautizarse,
el Señor que iba a ser bautizado. Precursor de Cristo por su
predicación, lo precedió también bautizando, el que fue la imagen del
sacramento que estaba por venir.
Juan anunció un misterio
cuando dijo que Cristo estaba entre los hombres y que no lo conocían, ya
que el Señor, cuando se mostró en la carne se hizo visible en su cuerpo
e invisible en su majestad. Y Juan añade: "El que viene después de mí
se ha puesto delante mío" (Jn 1,15)...; explica las causas de la
superioridad de Cristo cuando dice: "Porque existía antes que yo", como
si dijera claramente: "Si va delante mío, aunque él nació después que
yo, es porque el tiempo de su nacimiento, no le pone límites. Nacido de
una madre en el tiempo, es engendrado por el Padre fuera del tiempo".
Juan muestra humilde respeto, continúa: "yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia." Era costumbre entre los antiguos, que si alguien se negaba a casarse con una chica con la que estaba prometido, esta desataba la sandalia de aquel que se volvía atrás. Pero Cristo ¿no se mostró como el Esposo de la santa Iglesia? ... Pero debido a que los hombres pensaban que Juan era el Mesías – cosa que el mismo Juan negaba - se declara indigno de desatar la correa de su sandalia. Es como si dijera... "No me adjudico incorrectamente el nombre del esposo" (cf. Jn 3,29).
Autor: San Gregorio Magno
No hay comentarios:
Publicar un comentario