Si me siento deprimido, cantare.
Si me siento triste, reire.
Si me siento enfermo, redoblare mi trabajo.
Si siento miedo, me lanzare adelante.
Si me siento inferior, vestire ropas nuevas.
Si me siento inseguro, levantare la voz.
Si siento la pobreza, pensare en la riqueza futura.
Si me siento incompetente, recordare éxitos del pasado.
Si me siento insignificante, recordare mis metas.
Pero también:
Si se apodera de mí la confianza excesiva, recordare mis fracasos.
Si me siento inclinado a entregarme con exceso a la buena vida, recordare hambres pasadas.
Si siento complacencia, recordare mis competidores.
Si disfruto de momentos de grandeza, recordare momentos de vergüenza.
Si me siento todopoderoso, procurare detener el viento.
Si alcanzo grandes riquezas, recordare una boca hambrienta.
Si me siento orgulloso en exceso, recordare un momento de debilidad.
Si pienso que mi habilidad no tiene igual, contemplare las estrellas.
Hoy seré dueño de mis emociones.
Seré dueño de mi mismo.
Seré grande.
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