Te escribo de memoria una de las
primeras preguntas de un antiguo catecismo para niños: ¿“Cuál es la señal
del cristiano?: La señal del cristiano es la santa cruz”
Todas las instituciones, y ahora especialmente, buscan tener un logotipo definidor de la imagen corporativa. Me atrevería a dar premio a la excelencia a los primeros cristianos como publicistas por haber diseñado la cruz como logotipo de identidad corporativa de la Iglesia: difícilmente se puede encontrar una imagen más sencilla y más “comprehensiva” en intensidad y extensión de la visión, misión y valores de la Iglesia que mediante la Cruz. En la sencilla cruz se recoge el pasado, el presente y el futuro de la Institución divina de la Iglesia en favor de los hombres. Y, al mismo tiempo, se recoge el caminar diario del cristiano:
“El que quiera ser mi discípulo, tome su cruz, cada día, y sígame” (Lc 23)
Cuando el cristiano hace la señal de la cruz no está haciendo magia, ni exorcismo, como parece que piensan algunos protestantes, sino que está expresando con un gesto todo el ideal de su vida, indicando que quiere tomar la cruz de Cristo en ese día, en su cabeza y con su corazón, con toda su alma y toda su mente, y además, realizando un acto de fe en la Trinidad, pronunciando mientras se presigna: “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Por todo ello, muchas Iglesias y lugares cristianos están presididos y coronados por la imagen de la cruz o de Cristo Crucificado, queriendo representar el momento culminante de la historia en el que la humanidad es rescatada por Cristo para Dios Padre.
Comprenderás, Felipe, que me sorprenda que a muchos protestantes les parezca casi blasfemo hacer la señal de la cruz.
Todas las instituciones, y ahora especialmente, buscan tener un logotipo definidor de la imagen corporativa. Me atrevería a dar premio a la excelencia a los primeros cristianos como publicistas por haber diseñado la cruz como logotipo de identidad corporativa de la Iglesia: difícilmente se puede encontrar una imagen más sencilla y más “comprehensiva” en intensidad y extensión de la visión, misión y valores de la Iglesia que mediante la Cruz. En la sencilla cruz se recoge el pasado, el presente y el futuro de la Institución divina de la Iglesia en favor de los hombres. Y, al mismo tiempo, se recoge el caminar diario del cristiano:
“El que quiera ser mi discípulo, tome su cruz, cada día, y sígame” (Lc 23)
Cuando el cristiano hace la señal de la cruz no está haciendo magia, ni exorcismo, como parece que piensan algunos protestantes, sino que está expresando con un gesto todo el ideal de su vida, indicando que quiere tomar la cruz de Cristo en ese día, en su cabeza y con su corazón, con toda su alma y toda su mente, y además, realizando un acto de fe en la Trinidad, pronunciando mientras se presigna: “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Por todo ello, muchas Iglesias y lugares cristianos están presididos y coronados por la imagen de la cruz o de Cristo Crucificado, queriendo representar el momento culminante de la historia en el que la humanidad es rescatada por Cristo para Dios Padre.
Comprenderás, Felipe, que me sorprenda que a muchos protestantes les parezca casi blasfemo hacer la señal de la cruz.
Autor: Javier Ordovás
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